Min no volteó y siguió caminando ignorando los gritos de Mika. Al parecer no me reconoció o eso quiero creer. Namjoon dejó de prestar atención a la pelirroja y posó su vista en mí en el instante en que pasaba a su lado. Su mandíbula por poco no cae al suelo, pero al instante sonrío.
— Ayúdame, —articulé con mis labios sin emitir sonido.
Ensanchó más su sonrisa mientras se acercaba a nosotros, Min aun buscaba una mesa.
— Hola, —dijo Joon, Min lo ignoró y siguió buscando una mesa vacía con la mirada.
— Hola, ayúdame a deshacerme de él, —susurré en un tono en donde sólo mi amigo podía oír.
— Voy a llevar a Mika a su casa, luego me cuentas los detalles, —me susurró al oído burlonamente.
— Pero... —mi intento de hacerlo recapacitar fueron en vano porque ya se encontraba caminando hacía nuestra amiga.
Min volvió a arrastrarme hasta una mesa, estaba bastante alejada de la multitud.
— ¿Vas a pedir algo? —me preguntó secamente, su semblante serio no ayudaba en nada.
— Solo agua gasificada —me limité a contestar.
Él asintió con la cabeza y fue a comprar las bebidas. Yo tomé asiento, para entretenerme saqué mi móvil de mi bolso negro y lo encendí. Tenía varias llamadas perdidas de Namjoon, Mika y un número desconocido, sólo un mensaje y el remitente era el número desconocido.
Presioné la pantalla táctil para leerlo.
Número privado:
¡Hola! Podrías llamarme cuando estés desocupada, quiero hablar contigo. Soy Jimin.
Enviado 22:54
¡Ah! ¡Es Jimin!
Una sonrisa tonta se coló por mis labios. Agendé su número y guardé mi móvil ya que Min volvió a la mesa y parecía bastante molesto.
— ¿Qué te he dicho? —preguntó con los puños apretados—. Esta noche es solo de nosotros dos, de nadie más, —añadió.
Me encogí de hombros, este chico es más bipolar que el clima desértico.
— Bien, bien ya entendí, —murmuré con cansancio.
Tenía sueño y con su humor de perro rabioso no era para nada agradable entablar una conversación. Me tendió la botella con agua gasificada y la tomé.
— Comienza a preguntar, —exigió.
— No hay nada en lo que esté curiosa de ti.
— ¡Pregunta cualquier cosa! —explotó desesperado.
— Bueno. Uhm, ¿siempre tienes ese humor de perro rabioso?
Dije lo primero que se me vino a la mente. Las comisuras de sus labios se estiran ligeramente hacia arriba para luego formar una mueca.
— ¿Y a ti qué te importa? —escupió.
Pero, ¿qué?
Alguien llame al loquero que se le perdió un paciente.
— Pero si tú me dijiste que pre... —ya se le está haciendo costumbre interrumpir mis oraciones.
— Discúlpame, de verdad, es que no es fácil para mí, —murmuró muy bajo con la mirada perdida en otra parte excluyendo mi rostro.
Min mordió su labio inferior nervioso, su vista perdida en la colorida pared del local lo hacía ver tierno.
— Está bien, tómate todo el tiempo que quieras. Aquí el que quiere que lo conozcan eres tú, yo no tengo necesidad en que me conozcas.
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Bienquerencia
General FictionMin Yoongi es un dolor de cabeza, agresivo, impulsivo, odioso, su añoranza por afecto y cariño hace que llegue a sobrepasar varios límites. Su manera de amar es peculiar, puede ser aborrecido como lo contrario, pero es su manera de hacerlo y qué más...