C I N C O

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— ¿¡Yoongi!? —volvió a gritar.

A este paso va a dejarme sorda.

— Si, el mismísimo Min Yoongi, —refunfuñé.

— ¿Qué pasó con él? —preguntó ansioso.

— Por primera vez en mi vida tuve una conversación o lo que sea, con él.

— Él fue expulsado del salón minutos después que tu, luego Jimin.

— Oh, no lo vi, sólo a Jimin, además que solo hablé con el cretino ese porque su hermano lo llamó, —me encogí de hombros.

— ¿¡Su hermano!? —gritó de nuevo.

— ¿¡Puedes dejar de gritar!? —grité de la misma manera que él.

— ¡Es que me sigues sorprendiendo! —rio.

— Deja de gritar o no te cuento nada, —asintió con la cabeza—, Jimin es medio hermano de Yoongi.

— ¡Ya! Yo pensé que eran primos, no se parecen en nada, —su rostro reflejaba impresión lo que me causó un poco de gracia.

— Por algo son medios hermanos, tonto.

— ¿Qué le dijiste? —me preguntó entrecerrando los ojos.

— Le dije a Jimin que Yoongi era novio de Mika.

Joon abrió los ojos de par en par y antes de que gritara llevé mis manos a su boca.

— Si vuelves a gritar te corto las cuerdas vocales, ¿entendido?

Asintió con la cabeza.

Saqué mi mano de su boca y se cruzó de brazos.

— ¿Cómo pasó eso? Quiero todos los detalles.

— Yo le dije a Jimin que no conocía a Min entonces lo invocamos. Jimin quiso voltearme, pero tropecé y choqué contra su pecho, nos quedamos observando el uno al otro hasta que el cretino profesional rompió nuestro hechizo. Tuve que inventar cualquier cosa, además estaba nerviosa y dije cualquier cosa, —me encogí de hombros.

— Si Mika se entera de lo que hiciste seguro da un grito al cielo, te construirá un altar solo para ti, —dijo riendo.

— Hablando de Mika, ¿dónde está?

— Espiando a Min, como siempre. No podía permitirse ser expulsada de la clase ya que sus padres la matarían y dañaría su reputación, —hizo una mueca.

El timbre sonó y nos pusimos de pie.

Namjoon iba al lado mio riendo al igual que yo, estábamos en el pasillo camino a nuestra sala de clases.

— ¡Namjoon! —gritó alguien detrás nuestro.

— Maldición, —susurró mi amigo.

Arqueé una ceja riendo. Joon me fulminó con la mirada y se volteó.

— Hola, —dijo con sequedad.

— Tu y yo tenemos mucho de qué hablar.

Al parecer mi amiguito tenía asuntos pendientes con la chica.

— Nos vemos en clases.

— No te atrevas, —me señaló.

— Es mejor que te vayas, es asunto entre él y yo, —me amenazó la chica.

Reí negando con mi cabeza y seguí caminando ignorando los llamados de Joon.

Seguí caminando por el pasillo que poco a poco se iba vaciando. Me tomaron de la mano y me jalaron dentro de un cuarto.

BienquerenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora