V E I N T I C U A T R O

1.6K 134 29
                                    

— ¡Vete! —dije con voz temblorosa a causa de los nervios.

Min ignoró mi comentario e inclinó su cabeza dejando un fugaz beso cerca de mi clavícula. Mi piel se erizó  al sentir el roce de sus labios. Él soltó una pequeña risa. Colocó sus manos en mis hombros y me empujó haciendo que cayera sobre la cama, al instante sentí su cuerpo arriba del mío.

— Me estás aplastando, —me quejé.

— No te he preguntado, —su voz parecía mas grave de lo normal.

— Voy a morir asfixiada, —cerré los puños y comencé a golpear su espalda para que se alejara de mi.

Sabía que jugando con el fuego podía quemarme seguía retando a Min, aunque terminará dolida al final.

Gruñó y salió de encima mío, se colocó boca abajo a mi izquierdo, cerró los ojos y soltó un ruidoso suspiro.

— Desde hace dias que te veo sin un libro en la mano, eso es raro viniendo de ti, —murmuró en tono adormilado.

Chasqueé la lengua incómoda, no quería que estuviera aquí. Es el hermano del chico que no dejaba mi cabeza en paz.

— El suelo es muy cómodo, más cómodo que la cama. Sobre el sillón
blanco hay mantas por si te hace frío.

Min abrió los ojos enfocando directamente a los míos, tenía el mismo tono oscuro de la vez en que me había visto con Namjoon, semanas atrás.

— A mi me van más las camas, pero gracias por la sugerencia, ya sabes dónde están las mantas así que buenas noches.

Abrí ligeramente mi boca incrédula, ¿me estaba echando de mi propia cama?

Me crucé de brazos—. Esta es mi habi...—un gruñido me interrumpió seguido de dos manos empujándome.

Ahogué un grito al caer al suelo, apreté los puños para no gritar y matar a Min en este instante.

— Te dije; buenas noches. Tuviste que haber guardado silencio y dormir.

Bufé molesta.

— Yo hago lo que se me dé la gana aquí, está es mi habitación, esa es mi cama y estas utilizándola, —dije remarcando cada palabra.

— No me interesa, cállate y duerme. Por cierto, tú cama es muy cómoda.

Rodé los ojos y me puse de pie, iba a lanzarme sobre Min, podía poner una almohada sobre su rostro y asfixiarlo pero es mucho más fuerte que yo.

— Sal de mi cama, tu dormirás en el suelo.

— ¿Así tratas a tus invitados?

— Tú no eres mi invitado, tú te auto invistate, –me acerqué a la cama, al lado en donde se encontraba él, con la intención de sacarlo a patadas de mi propiedad.

No iba a permitir que se quedara con mi preciada cama y ni loca iba a dormir junto a él.

— Lenahi, ¿estás despierta?, ¿estás  bien?, habíamos oído un estruendo.

El oxígeno se quedó atascado en mi garganta, el miedo regresó, Min se sentó en la cama con su sonrisa macabra plasmada en su rostro,  observaba con diversión mi expresión de espanto. Mordí mi labio inferior jugando con mis dedos nerviosa.

¿Le decía o no?

Min abrió la boca para pronunciar una palabra, sin embargo, fui rápida negando.

— ¿Lenahi? ¿Estás bien?  Estás asustandome, —mi padre dio golpes a la puerta.

Min alzó ambas cejas retándome en silencio.

BienquerenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora