Q U I N C E

1.9K 142 66
                                    

No pude evitar sonreír, Jimin definitivamente era mi chico de libro. El timbre sonó y todos salieron del aula, Namjoon me tomó del brazo y me arrastró hasta el árbol de las confesiones.

—¿Por qué me arrastraste así? Tengo piernas,—dije riendo.

Namjoon tenía el rostro tenso.

—Lenahi,—murmuró.

Ya me está asustando.

—¿Qué?

—Tú estás enamorada, ya te perdí,—fingió sollozar.

—¡Ay! Me asustaste,—chillé.

—La imágen que tengo en el móvil es una obvia prueba de que estás loca por Jimin, no, los dos están locos el uno por el otro.

Mis mejillas se sonrojaron.

—Eso no es verdad, yo no estoy enamorada, tú más que nadie sabe cómo soy yo.

—Y por eso mismo digo que estas perdida Lenahi, bienvenida a la "fase de enamoramiento".

—¡No puede ser!—gemí.

—Créelo, se te nota a leguas, estoy seguro que Jimin lo sabe también, eres muy obvia.

Tapé mi rostro con mis manos.

—¿Qué hago?

—Lo recomendable es que dejes tal y cómo están las cosas, no apresurar, no retrasar nada.

Asentí con la cabeza.

—Por estos días no tendré móvil, el que tenía se estropeó a causa de la lluvia.

—Ahora que me lo recuerdas, voy a hablar con Jimin, ¿Cómo se le ocurre dejarte sola?

—No hace falta, no me hagas repetirlo o te juró que escribiré tú número móvil por una de las puertas de los cubículos del baño de mujeres.

—Bien, está bien,—alzó las manos en son de paz.

—Vamos a buscar a Mika.

—Ella hace muy bien su papel con Min.

—No quiero desilusionarla.

Comenzamos a caminar de vuelta hacia el edificio en dónde se encuentra nuestro aula.

—Ponte en su lugar.

No contesté nada porque tenía razón, no sería agradable nada agradable ser engañada. Un grito desesperado hizo que corrieramos rápidamente hacia el baño de mujeres.

—¡Mika!—grité al entrar al baño.

—¡Terminó conmigo! Mi vida ya no tiene sentido,—sollozó.

—Hey,—me acerqué al cubículo en dónde se encontraba y abrí la puerta.

—Yo lo amo, ¿por qué me trata así? ¿Hice algo malo?

Me acerqué y la abracé, automáticamente comenzó a llorar más fuerte.

—Tienes que olvidarlo.

—Él me dio mi primer beso, él es mi primer amor y no voy a olvidarlo, no quiero olvidarlo,—dijo entre hipos.

—Pero te hace daño.

—No por eso significa que este amor no puede ser posible, voy a enamorarlo, voy a hacer todo lo que tenga en manos para demostrarle cuánto lo amo.

Se soltó de mi abrazo y fui a mojar su rostro.

—Mika,—murmuré.

—No digas nada Lenahi, si quieres regañarme, ahorratelo.

BienquerenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora