Arreglé mi corbata, tomé mi celular y bajé para encontrarme con Elizabeth, resignado a tenerla como escolta nuevamente. Ella estaba en la sala de mi casa, analizando cada parte hasta que me observó y con una sonrisa se acercó unos centímetros a mí.
-¿Nos vamos Señor Steele?
Pasé a su lado para tomar mi saco que estaba sobre el sofá.
-¿Por qué tapaste el piano? -preguntó a mis espaldas.
Voltee a observarla y después al gran piano ahora con un cobertor encima.
-Me trae malos recuerdos.
Vi como su sonrisa se desvanecía. Hubo un tiempo en el que quise arrojar ese piano por la ventana, creo que aún tengo esa sensación.
-¡Tony!
Allison apareció de repente y se abalanzó sobre mí para darme un largo beso en los labios. Todo frente a mi escolta que apartó la mirada después de unos momentos.
-Creí que te habías ido.
-Sólo regresé por unos papeles. ¿Por qué ella está aquí?
-Vengo por el Señor Steele -respondió Elizabeth-.
-Tú estás despedida.
Se acercó un poco más a nosotros.
-El Señor Ryde me dijo que siguiera solamente sus órdenes, es lo que hago, y ahora me pidió llevar a Tony.
-Tengo que hablar con él -dijo aún aferrada a mi cuello-.
-Entonces, ¿nos vamos Señor Steele?
Me zafé de los brazos de Allison y salí hacia mi auto.
Elizabeth conducía ágilmente por las calles transitadas de la ciudad, sin pronunciar ni una sola palabra, observándome a ratos por el retrovisor. Estaba molesta por lo que acababa de ver, y por alguna razón eso me alegraba un poco.
-West me puso al tanto de lo que ha pasado en estos meses. Mi tumba, tu exceso de alcohol... Tu nueva relación.
-¿Te molesta?
Suspiró
-A ti te molestaba que llegara con el perfume de Alex, ¿qué crees que siento yo cuando te veo besarla?
Continuamos con nuestro camino y cuando llegamos bajé del auto, asimismo Elizabeth. Pero no estábamos en mi edificio, ni siquiera sabía donde estábamos. Mi escolta empezó a subir las pequeñas escaleras hacia la puerta del lugar y yo la seguí. Dentro estaba West, Elizabeth se acercó de inmediato a él.
-¿Cómo va todo?
-Sólo faltas tú.
Adelantó su paso, dejando a mi amigo junto a mí.
-¿Qué pasa West? ¿Dónde estamos?
-¿No te lo dijo? Vamos a asistir a un juicio.
-¿De quién?
Elizabeth abrió de par en par las puertas frente a ella. Dentro había varias personas, un pequeño pasillo y varios metros adelante estaba el juez. Estábamos ya en el juzgado. Elizabeth avanzó por el pequeño pasillo mientras mi amigo y yo tomábamos asiento. Mi escolta se sentó en su lugar correspondiente, el juez hizo ruido con su mazo y la sala quedó en silencio.
-Hemos realizado esta audiencia a petición de la señorita Collins. La escuchamos.
Elizabeth se levantó.
-He venido a pedir amnistía para mis compañeros.
Nuevamente la sala se llenó de murmullos, el juez golpeó su mazo y regresó a Elizabeth.
-¿Con que propósito? Usted fue detective y comandante de la policía, confiamos en su fidelidad, pero ellos son delincuentes.
-No son delincuente Señoría, al igual que yo trabajaban bajo chantaje.
-¿Y los indocumentados? No podemos concederles la amnistía, irán a la cárcel.
-Entonces yo también iré -protestó de inmediato-.
Y los murmullos comenzaron nuevamente. Yo sin embargo no entendía nada, ¿a quienes liberaría? ¿qué fue lo que hicieron? ¿por qué ella iría a la cárcel? West, por otro lado, estaba tenso. Él sí comprendía la situación, algo malo estaba pasando. El juez repitió el mismo proceso de la vez anterior y los murmullos cesaron.
-Dígame, señorita Collins, ¿qué sucede si al dejar libres a estos hombre cometen nuevamente un delito?
-No lo harán, confío en ellos -por un momento observó a un par de personas sentadas cerca-, y si eso sucede yo me haré responsable.
La sala se quedó en silencio un momento. Un hombre se acercó al juez y después de contarle algo al oído habló.
-Señorita Collins, debido a sus años de servicio para la policía de los Estados Unidos y tomando en cuenta su versión de lo sucedido, este juzgado decide aprobar su petición y conceder la amnistía a las personas que usted ha seleccionado.
Las personas en la sala hablaron nuevamente, y yo seguía sin entender un ápice de lo que sucedía.
-Sin embargo estarán vigilados y, como usted lo ha dicho, si alguno llega a cometer otro delito será usted, Elizabeth Collins, la responsable. Dicho esto se cierra la sesión.
El juez hizo ese peculiar ruido con su mazo y salió. West y yo también salimos de la sala y allí fuera finalmente pude preguntarle lo que acababa de suceder.
-No entendí nada West, ¿a quienes defendía Elizabeth?
-¿No te ha dicho nada?
-No
-¿O es que no has querido escucharla?
Elizabeth salió después y cuando se acercaba a nosotros un grupo de hombres, los mismo de adentro, la rodearon mientras hablaban con ella. La mayoría no dejaba de abrazarla, besarla y agradecerle por lo que acababa de pasar.
-¿Realmente hubieras ido a la cárcel por nosotros? -habló uno de ellos-.
-Les prometí libertad para todos, y sí ustedes no podía salir tampoco lo haría yo.
A pesar de mi odio hacia ella, sabía que sus palabras eran sinceras. Conocía perfectamente lo testaruda que era, lo que se proponía lo hacía.
Nota del autor: Hoooola ¿cómo les va? Espero hayan tenido una increíble Navidad y Año Nuevo 🎆 Este capítulo se centra un poco más en Elizabeth (cof, relleno, cof), y claro más adelante se sabrá más de lo que pasó cuando fue raptada.
No olviden votar y por supuesto comentar 😊
❤️❄️
PD: subiré otro capítulo en su horario normal (o sea en dos días 😏)
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Corazón Recargado (CA #3)
RomanceDespués de un trágico accidente Tony recibe una visita especial, alguien a quien nunca esperó volver a ver en su vida. Gracias a ello sus planes cambian, su vida se vuelve aún más agitada, y cientos de dudas y pensamientos rondan su cabeza. Es ho...