Estaba observándolo con detenimiento mientras dormía plácidamente en mi cama. Pasé mi mano por su rostro relajado, lo hacía desde semanas cuando decidió quedarse.
Estaba contenta pues finalmente lo tenía a mi lado pero no completamente. Para mí nuestra relación era ilegal, algo que no podíamos tener a los ojos de todos. No como antes. Y todo debido a Allison.
Tony me prometió que hablaría con ella para aclarar las cosas, pero no lo había hecho. Sabía que me amaba, lo tenía muy presente, pero era difícil sostener una relación así porque de alguna forma yo era la otra, la amante. Odiaba eso, sobre todo dolía.
Finalmente me levanté a hacer el desayuno. Minutos después se acercó él, besó mi cuello y se sentó en la barra.
—Date prisa Tony, debo ir al doctor.
—¿Acaso te sientes mal?
—Pues sí —lo observé—, últimamente he tenido náuseas, unos raros antojos y unas intensas ganas de ir al baño.
Abrió sus ojos de par en par, sin decir nada. Estaba sorprendido, su reacción me causó gracia y algo de decepción. En realidad tampoco esperaba que empezara a saltar de emoción.
—¿En serio? —reí.
—No, yo tomo mis pastillas.
Pero la verdad era que sí estaba teniendo aquellos síntomas. Los exámenes ya me los había realizado el día anterior, sólo debía ir por los resultados. Aunque tenía miedo de lo que podría encontrarme.
***
Llegué al hospital con los resultados en la mano e inmediatamente me dirigí al consultorio del Doctor Peter. Toqué la puerta y me gritó desde adentro que pasara. El doctor era ya un hombre mayor, llevaba años siendo mi médico, siempre recurría a él.
—Bienvenida Elizabeth, siempre tan puntual. Empecemos con tu chequeo —señaló la camilla.
Me senté en ella y levanté mi camisa, dejando ver la cicatriz de hace meses. Aquella que me había dejado Elliot. Ese era otro de sus malos recuerdos. El doctor Peter se colocó sus lentes y revisó la zona. Ya no dolía pero la marca estaba allí, aunque con un poco de tratamiento se borraría, pero sólo la cicatriz mas no el recuerdo.
—¿Han seguido tus malestares?
—Sí.
—¿Tienes los exámenes?
Asentí mientras le entregaba el sobre. Se sentó en la silla tras su escritorio al tiempo que abría el sobre. Me senté frente a él, sólo movía su cabeza sin decir nada. La intriga me estaba matando.
—Muy bien —dejó los papeles sobre la mesa—. Tu herida está bien, te daré una pomada y la cicatriz se notará menos.
—¿Que hay de los síntomas?
—Es tal y como te lo había dicho -me entregó la hoja—, estás embarazada.
Esas simples palabras me arrebataron el aliento. Lo comprobé en los resultados, allí también lo decía. Un bebé... Miles de emociones me invadieron. La felicidad de saber que no estaba sola, el miedo a experimentar algo desconocido, pero sobretodo la preocupación de decírselo a Tony. ¿Lo tomaría igual que en la mañana?
Salí del hospital para dirigirme a la empresa, Tony podría necesitarme. Justo cuando estaba atascada en el tráfico recibí una llamada del hospital psiquiátrico donde estaba Elliot. De seguro era su psicóloga, ella quería que hablara con él pero me negué rotundamente. No quería ver el rostro de ese desgraciado nunca más. Ignoré la llamada pero insistieron nuevamente, entonces contesté.
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Corazón Recargado (CA #3)
RomanceDespués de un trágico accidente Tony recibe una visita especial, alguien a quien nunca esperó volver a ver en su vida. Gracias a ello sus planes cambian, su vida se vuelve aún más agitada, y cientos de dudas y pensamientos rondan su cabeza. Es ho...