6. Decidiste dejarme

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-Esto me recuerda mucho a Nueva York, tú y yo, sin luces.

Ahora estaba sentado frente a ella con mi espalda en la pared contraria en ese espacio tan reducido, con una de mis piernas recogidas y la otra junto a ella a unos escasos centimetros en la espera de que alguien llegara pronto.

-Sólo nos falta el vino -me observó-, pero aún podemos tener una buena conversación.

Reí.

-No, no me apetece hablar contigo para nada.

-Tendrás que oírme, aún no termino de contarte mi historia.

Suspiré enojado, realmente no quería oírla pero el universo, el cosmo o quizás el mismo karma me obligaba a escuchar sus palabras.

-Fui a parar a Europa junto a los delincuentes de Elliot, quería que trabajara para él. Todos y cada uno de esos meses fueron horribles -se abrazó a si misma-, era testigo de la muerte de gente inocente, de como varios de ellos se quedaban en la calle para pagar su deuda con Elliot y yo simplemente no podía hacer nada.

-Podías huir.

-Claro que no, eso te pondría en riesgo. En alguna ocasión le pedí una prueba de que no había roto su trato, de que tú estabas seguro, y cada cierto tiempo me llevaba fotografías que según él eran complicadas de conseguir pues nunca salías de casa.

-Tenía razón -me observó-, malgasté tiempo esperando algún milagro.

-Cada una de esas fotos las colocaba junto a mi almohada en esa espantosa habitación que me había dado Elliot en su casa, necesitaba de alguna manera sentirte junto a mí.

Sus ojos verdes y sus palabras me desarmaron por completo un momento, pero coloqué nuevamente aquella barrera. No podía mostrarme débil frente a ella.

-Si estabas en su casa algo pasó entre ustedes, ¿no?

Desvió la mirada ahora hacia la puerta del ascensor, y por alguna razón rezaba para que su siguiente respuesta fuera un no rotundo.

-Estaba en su casa porque tenía en ella muchísima seguridad, no podría salir de allí sin que me vieran, pero sólo eso.

Elevó la vista hasta el techo del ascensor mientras el silencio se instalaba nuevamente entre nosotros. Yo aún no encontraba ninguna explicación, y menos una razón para olvidar aquel dolor que seguía hincandome el pecho.

-En ese asqueroso lugar, donde manejaba sus negocios, conocí mucha gente, personas que pasaban por una mala situación y decidieron trabajar con él. Ninguno tenía malas intenciones ni lo hacían por codicia así que nos llevamos bien al instante. Nos reuníamos de vez en cuando a hablar de nuestras vidas, familia, amigos, el amor que dejamos atrás.

Me observó al decir lo último y rapidamente desvié la mirada. No quería bajar nuevamente esa barrera.

-Un día decidimos cambiar las cosas, estabamos cansados de estar allí haciendo cosas tan atroces, y nos organizamos para hacer algo así como un motín. Mientras estaba fuera con los hombres de Elliot llamé a Alex a escondidas, le dije donde podía encontrarnos y que necesitabamos a la policía de urgencia.

-¿Por qué no se te ocurrió hacer eso antes? -le dije molesto-.

-Hasta ahora me preguntó yo lo mismo. La policia tardó más de lo esperado así que nos fuimos encontra de los malos, y por desgracia tuvimos algunas bajas. Eramos quince y salimos ocho solamente. Uno de ellos era Alfred, me contó que no había visto a su hija por años y sin embargo recibió una bala por mí. Me pidió que le entregara esto a ella.

Sostenía un pequeño dije que colgaba de un collar.

-Estoy buscándola desde que llegué, pero nada aún.

Así era ella, demasiado buena incluso para aceptar buscar una aguja en un pajar. Está bien, yo no era el único que había sufrido pero aún me dolía, los argumentos no borraban el dolor porque aún creía que las cosas pudieron ser diferentes. Tenía una pregunta rondando mi pensamiento, no quería oír sus explicaciones pero está necesitaba oírla.

-Estabas en Europa, ¿cómo supiste del accidente?

-Lo vi en las noticias y tomé un vuelo inmediatamente a Seattle, todos ibamos a ser trasladados en un par de días más pero yo necesitaba verte.

-¿Estuviste desde el principio?

-Sí pero no pude entrar a verte, Allison no me lo permitía, así que aproveché cuando salió del hospital para entrar, fue cuando despertaste.

Colocó su mano en mi pierna provocando que me sobresaltara por su tacto inesperado.

-Creí que te perdería.

-Me perdiste desde el día en que decidiste dejarme.

Se acercó a mí de repente, dejando muy poco espacio entre nosotros. Observé sus ojos que brillaban aún en la oscuridad y descendí a sus labios que por alguna razón quería devorar.

-No es cierto.

-Ya no siento nada por ti Elizabeth.

¿Cómo podía decirle aquella mentira mientras deseaba besarla hasta tomar lo último de aquella mujer? Definitivamente mi cerebro no estaba funcionando bien, o quizás estaba usando otra parte para pensar. Con sus uñas rozó mis labios y después mi cuello provocando que cada parte de mi cuerpo se encendiera.

-Si el amor de uno permanece vivo ilumina el otro. Déjame hacerlo.

Podía sentir su aliento en mi boca, y era exquisito. Colocó su mano en mi cuello para llevarme hasta sus labios. Eran milímetros los que nos separaban. Y la hubiera besado sino fuese porque en aquel momento llegaron los bomberos.

-No se preocupen, los sacaremos de allí.

Nota del autor: Nuevamente este capítulo es para conocer lo que sucedió con Elizabeth. Ahora ya no me gusta Allison 😒 ¿cómo es posible que no la haya dejado ver a Tony? Bueno las opiniones se las dejo a ustedes 😁

❤️❄️

PD.: subiré otro capítulo en unos días 😏👌

Corazón Recargado (CA #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora