16. Eres la culpable

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Eran cerca de las 8:00 AM. Con los acontecimientos sucedidos la noche anterior, me fue imposible conciliar el sueño por más de una hora, tenía aún ese cúmulo de emociones que me aquejaban. Llegué a la comisaría donde estaba West esperándome. Después de testificar nos acercamos a una pequeña habitación en donde tenían a Elliot, sentado frente a una mesa de metal con sus manos esposadas.

-Elizabeth lo interrogará -habló mi amigo, observando al criminal a través del vidrio-.

-¿No hay alguien más que pueda hacerlo?

-Él dijo que no hablaría si no era con ella -suspiró-. Elizabeth sabía que Elliot estaba en la ciudad.

-¿Por qué no me dijo nada?

-Ella pensó que podía manejar la situación, creyó que no sucedería nada.

Realmente no me sorprendía, ella era así, prefería callarse todo antes de pedir ayuda. Esa es la misma razón por la cual nuestra relación no es la misma. Después de que Elizabeth recibiera el disparo por parte de Elliot fue llevada al hospital en una de las patrullas. No sabía nada de su estado pues en ese instante nos separamos y tuve que regresar a casa. A pedido de West, toda aquella situación se había mantenido en perfil bajo, sin prensa ni nada parecido así que Allison no estaba al corriente. Y lo prefería así.

La puerta del lugar se abrió, dando paso a mi escolta. Sin saludar ni decir nada a nadie entró en aquel espacio junto a Elliot. Él sonrió abiertamente mientras ella estaba de pie. Por un momento me sentí aliviado, Elizabeth estaba aparentemente bien, seguro debía tener alguna sutura pero no era nada más grave. Por otro lado, estaba tenso, preocupado por lo que pudiera pasar allí con él.

-Me alegra verte de nuevo, estás hermosa hoy.

-Quiero salir de esto rápido, así que habla -el tono de Elizabeth era seco-.

-Pregúntame lo que quieras cariño -se recostó en el respaldo de su silla-.

-¿Por qué rayos viniste a Seattle?

-Ya te lo dije, vine por ti.

-Dame una razón concreta -levantó la voz-, ¿por qué?

Elliot se inclinó hacia Elizabeth sobre la mesa.

-Porque estoy loco por ti -ella mostró una sonrisa nerviosa-.

-Esa es una de las más grandes mentiras que he oído, y he oído muchas últimamente.

-No es mentira, esa es la razón por la que vine la primera vez por ti. No te necesitaba como parte del equipo, te necesitaba a mi lado. Te lo dije allá en Rusia.

De repente Elizabeth golpeó con sus manos la mesa de metal, y el estruendo provocó que un gran silencio se instalara en toda la sala. Incluso quien estaba escribiendo en el computador había dejado de hacerlo.

-¡Tú asesinaste a mi familia! -gritó-.

-No lo hice, mi padre sí.

-¿Por qué huiste entonces?

-Tenía que seguir con el negocio familiar.

Elizabeth, con la respiración agitada, retiró la silla que estaba frente a él y con una mueca de dolor tomó asiento. Ocultó su rostro entre sus manos mientras aquel criminal seguía hablando.

-¿Sabes lo que le pasó a mi padre allí adentro? -dijo Elliot mientras acercaba su rostro aún más a Elizabeth- Lo asesinaron en cuanto llegó.

El lugar se quedó en silencio una vez más. La situación estaba tensa, incluso West no podía dejar de ver aquella escena. Yo realmente estaba impresionado, ¿este tipo de cosas es lo que hacía ella en la policía? Sentía como si estuviera viendo parte de su trabajo. Elizabeth retiró sus manos del rostro y mostró una sonrisa de lado.

-Para él no eras importante, Elliot.

-No es cierto -él elevó la voz-.

-Todas las veces que lo tuve frente a mí repetía que eras un inútil, tú eras un peón más.

Elliot se levantó de golpe provocando que la silla cayera.

-¡Cállate, eso no es verdad! -gritó histérico-.

Los guardias tomaron sus armas y yo estaba a punto de entrar ante la posibilidad de que pudiera hacerle algún daño, pero mi amigo me detuvo. Por el contrario, Elizabeth continuaba con aquella sonrisa en su rostro, sentada sin ninguna preocupación. Cruzó sus piernas y colocó sus manos entrelazadas sobre ellas.

-Tú eres la culpable -golpeó la mesa frente a él-. Si tan solo nos hubieras dejado tranquilos mi padre no me habría enviado contigo y nos estaríamos en esta situación.

-Ultimamente tengo la culpa de todo, pero no de tu falta de autoestima. Tal vez si no te hubieras preocupado solamente por complacer a Williams tendrías una vida distinta -Elizabeth se levantó de su puesto, lentamente-. Tienes problemas Elliot, pediré que te trasladen a un hospital psiquiátrico.

-¿Y crees que me quedaré mucho tiempo allí? -mostró aquella sonrisa macabra-. Elizabeth -acercó su rostro hasta ella, demasiado, mucho para mi gusto-, yo hubiera podido darte mucho más que él.

-Elliot -ella no se alejó ni un poco y lo observaba fijamente a los ojos-, aunque pudieras darme lo que quisieras, yo a él lo amo y a ti te desprecio.

Elizabeth se alejó repentinamente de él, arregló su camisa y sin decir nada más salió de la pequeña habitación mientras los oficiales entraban por Elliot.

***

Llegamos a casa unos momentos después. Elizabeth me acompañó a pesar de que le pedí que descansara. Friday no tardó en correr hacia ella y empezar a ladrar a sus pies.

-Perdóname Friday, pero hoy no puedo ni con mi vida -le dijo mientras reía-.

Desabroché los primeros botones de mi camisa y me acerqué a la botella de whisky que estaba sobre la pequeña mesa de la sala.

-¿Quieres un trago? -le pregunté mientras servía-.

-¿A qué se debe ese cambio tan repentino? ¿Es por qué estoy herida, verdad?

Solté una risa nerviosa. Quizás ella estaba en lo correcto.

-Entonces prefieres que te trate mal -me acerqué a ella, seguía de pie junto al piano-.

-Prefiero que me trates como antes, y no solo porque recibí un disparo.

Sus ojos me observaban atentamente. Los sucesos de hace algunas horas me tenían aún alterado, por un momento reviví la escena del almacén, en cuando ella se marchó y cuando el lugar explotó. El miedo me invadió en ese entonces y sentía que aún lo traía conmigo, que en cualquier momento algo vendría a arrebatármela de mi lado.

Dejé mi vaso sobre el piano y tomé su rostro entre mis manos, necesitaba sentir que estaba junto a mí. Me observó sorprendida, incluso yo lo estaba. ¿Acaso no estaba tratando de olvidarla? Desvió su mirada al suelo.

-Tuve miedo Tony, creí que en cualquier momento te dispararía.

Suspiré. Yo también sentí miedo, pero no por mi vida sino por la de ella. Acaricié su labio inferior mientras continuaba observando sus ojos esmeralda. Aquel deseo despertó en mí, la excitación se hizo presente con tan sólo tenerla cerca. Me pregunté de nuevo, ¿qué estaba haciendo?

-Te pusiste nuevamente en peligro -le dije observando sus labios-.

-Es mi trabajo, debía protegerte.

-No quiero que pongas tu vida antes que la mía -sonrió-.

-¿Qué hago entonces? ¿Renuncio?

-No -acerqué mis labios a los suyos y le susurré-, no quiero que te vayas.

Junté mis labios con los suyos. La necesitaba ahora, necesitaba sentirla conmigo, y sobre todo necesitaba saberla segura entre mis brazos.

Nota del autor: van a mandar al pobre Elliot al psicoloco 😂😂 Elizabeth debería decirme con que se baña que atrae tantos machos, unos peores que otros 😏😂 y Tony al fin abrió los ojos 👏👏

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❤️❄️

Corazón Recargado (CA #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora