Capítulo 9

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Mel's POV

Desperté y mire mi reloj, las 6:25 am, se me hacia demasiado tarde, salté de la cama y me fui directo a buscar unos jeans y una blusa, más sin embargo al color carne los jeans tan rápido me lastime la pierna, no lo recordaba, ayer me había cortado y por eso tenía que tener cuidado.
Me coloque lentamente los jeans y una blusa azul cielo que había sacado, me mire en el espejo y me di cuenta de lo horrible que me veía a causa de que estuve llorando ayer.
Tomé mi maquillaje, que sólo usaba para emergencias, y traté de corregir lo más que pude mi aspecto.
Decidí dejarme la melena suelta, definiendo cada uno de mis rizos, tomé mi mochila y baje apresuradamente ya que estaba Nat esperandome en la puerta.

– Llegas tarde – me dijo un poco molesta – toma una manzana y ven, o llegaremos tarde a la escuela.

– No escuche el despertador – dije justificandome para luego tomar una manzana y un jugó salir tras mi hermana.

Caminamos a toda prisa hasta llegar a la escuela y Llegamos justo cuando el toque de entrada sonó.
Nat se despidió de mi y yo me dirigí a mi clase, que era literatura.
Durante la clase sentía una mirada, y no tenía que voltear para saber quien era, pues era bastante obvio: Logan.
No me atrevía a mirarlo, porque se que le rompí el corazón ayer, pero también rompí el mío.
Y no podía decirle aún el porque no podía tener una relación, el porque no estaba lista, nadie lo sabía ni si quiera Zara, porque ella murió un año antes de que sucediera.
Me había guardado todo para mi y así quería dejarlo por el momento, no podía confiar en nadie y no podía sacarlo porque el sólo hecho de pensarlo me lastimaba demasiado y no puedo soportar ese dolor, no otra vez.

Término la clase y salí rápidamente, así pase mi día hasta la salida de la escuela, tratando de no pensar en ninguno de mis problemas y evitando a toda costa a Logan pero vaya que este tipo no tenía intenciones de rendirse.
Me siguió camino a casa par exigir hablar conmigo.

– Basta de esconderte Mel, tenemos que hablar – dijo mientras me tomaba el brazo para detenerme.

– No hay nada de que hablar Logan – respondí sin mirarlo.

– Claro que lo hay, no te hagas la boba conmigo – me sujetó más fuerte obligándome a mirarlo.

– Bien, pero primero sueltame, me estas lastimando – dije ya un poco molesta.

– Lo siento, no era mi intención – dijo apenado – pero vamos a mi lugar preferido, ¿vale? Ahí podemos hablar tranquilamente.

– Bien – dije aceptando – pero será rápido.

– Te lo prometo.

Subimos al coche y emprendió marcha rumbo al parque, donde me sincere con el, no de el todo pero lo hice.
Durante el camino nadie hablaba, sólo podíamos dedicarnos miradas de reojo, pero nadie se dignaba a hablar, y era bastante incómodo.
Llegamos al parque y fui la primera en bajar, dirigiéndome hacia el árbol más grande, su favorito, con él detrás de mi siguiendo me el paso.
Me senté cruzando mis pies y el se sentó de frente a mi y no al lado como la última vez, esta vez él quería que yo lo mirara y por eso lo hacía.

– Bien, ¿qué es lo que quieres hablar? – dije mirando al suelo.

– Primero que nada quiero que me mires al hablar, Mel.

– ¿Porqué? – pregunté aún con la mirada baja.

– Porque así sabré si me estas mintiendo o no – dijo levantándome la barbilla para verlo directo a los ojos.
Pude ver que de verdad estaba confundido y frustrado y no se lo merecía, de verdad que no.

– Esta bien – dije sin más.

– Iré directo al grano, Mel – dijo ruborizándose completamente – ¿Yo te gusto?

– Si – conteste apenada.

– Me alegra saberlo, porque tu también me gustas – dijo sonriente – y temía que no sintieras lo mismo por mí.

– Ahora lo sabes – contesté totalmente ruborizada.

– Entonces, si te gusto, ¿poraue me rechazaste ayer? – preguntó claramente confundido.

– Porque no estoy lista para tener una relación – dije sinceramente.

– ¿Porqué?

– Es algo difícil de explicar.

– ¿Acaso no quisieras intentarlo?

– Si, pero no es fácil para mi, jamás lo entenderías.

– Lo entendería si me lo dijeras.

– Pero no puedo.

– Claro que si, sólo hazlo – dijo animandome.

– No es tan sencillo, jamás he hablado con alguien sobre esto y no quiero hacerlo ahora, Logan – dije al borde de las lágrimas.

¡Rayos! ¿Porque tienes que llorar siempre, Mel?, me regañe a mi misma.

– ¡Vaya! Entonces si es algo delicado, pero si no quieres contármelo ahora no te obligaré a hacerlo, respeto tu decisión – dijo comprensivo.

– Te lo agradezco.

– Pero eso no significa que dejaré de luchar por estar contigo, me gustas Melanie y quiero intentar que estemos juntos, dejame ayudarte con lo que sea que pase contigo, dejame ser yo quien te proteja y te aconseje, dejame ser quien te de amor y te haga sentir que no estas sola, tan sólo dame una oportunidad de demostrarte que puedes confiar plenamente en mi – dijo, por lo que pude notar, claramente sincero.

– Y-yo no se que decirte, Logan. Me gustas de igual forma, pero me es muy difícil aceptarlo después de todo lo que he sufrido, tengo miedo de volver a creer en alguien – dije ahora si, llorando.

– Te prometo que será sencillo, y si no lo es entonces te ayudaré a que sea sencillo, pero por favor sólo dame una oportunidad de demostrartelo – dijo al tiempo que tomaba mis manos entre las suyas.

– ¿Lo prometes?

– Lo prometo.

Y entonces me besó, y esta vez no pensé en lo malo que era corresponder a su beso, esta vez pensé en que tenía que darme una oportunidad a mi misma y esta era la ocasión perfecta.
Había aceptado el amor de Logan, había aceptado dejar que estuviera a mi lado, había aceptado todas las complicaciones que pudiera haber, pero lo más importante es que había aceptado darme una oportunidad a mi misma de volver a ser quien yo era.

Duramos un rato más en el parque admirando a los niños jugar al lado de su padres y hermanos y formando figuras con las nubes en el cielo hasta que comenzó a oscurecer y entonces recordamos que ninguno de los dos había avisado que llegaría tarde y que seguro nuestros padres estarían molestos.

Subimos al coche y Logan se ofreció a llevarme a casa, durante el camino nadie hablaba, pero esta vez no era incómodo, esta vez el silencio no abrumaba, daba una sensación de bienestar y en el ambiente se podía sentir más de lo que se podía decir.

– Hemos llegado – dijo Logan apagando el carro – será mejor que bajes para que no te regañen.

– Tienes razón, gracias por traerme y por todo lo de esta tarde.

– Gracias a ti por darme una oportunidad.

– Será mejor irme – dije mientras habría la puerta.

– Espera, Mel – dijo tomandome de el brazo – olvidas algo.

– ¿Qué? – dije un poco confundida.

– Esto – dijo y me dio un beso corto en los labios – ahora si, descansa, Mel.

– Igualmente, Logan – dije y entre a casa con una sonrisa de oreja a oreja, realmente me gustaba ese chico.

Entre a mi casa y subí mi habitación, pues se nos había ido todo el día en el parque y ya había anochecido. Me pude mi pijama y me recoste en mi cama dispuesta a dormir cómodamente, cuando sonó mi celular indicando un mensaje.

Logan:
Buenas noches mi hermosa Mel, descansa, te veo mañana...

Sin duda es perfecto.

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