Noble (Nuevas Especies 1)

Gruñidos

Lucy, la Voraz de esencia zorra, estaba más que fascinada con todos aquellos machos Especies; Altos, morenos, fornidos, de rasgos rudos... quería ponerse de rodillas y agradecer a los Dioses por haberlos hecho conocerse, pero en especial por uno.

Apoyado en un árbol, el cabello demasiado largo hasta los hombros, los cuales que eran anchos y fuertes, la postura de un guerrero... Gian le había dicho muchas cosas sobre ese lobo solitario, pero ella no podía controlar a la hormona. Su cuerpo exigía a ese macho, ¿qué tenía de malo darse la oportunidad?

Además era el único que le había atraído, ya que después de que Gabriel y Alegría les diesen la bienvenida a los Nuevas Especies, camioneta tras camioneta habían ido llegando los invitados. ¡También había hembras! Adorables, tiernas y de figura menuda, ella desearía verse así de tierna.

Se enderezó, queriendo borrar aquel pensamiento, ella era quien era y jamás lo cambiaría. Así era perfecta. Se acomodó el cabello, reajustó su prominente escote y se acercó al lobo, tal vez fuera lo más estupido que hiciera en su vida, pero más estupido sería no hacerlo jamás. Con pasó decidido y seductor, siempre con gracia aunque tu vida fuese una desgracia, sabías palabras de Nathaniel.

El lobo al verla acercarse a él, fruncio el ceño y le recorrió el cuerpo con la mirada, Lucy sintió que las piernas le temblaban.

— Hola, ¿Forest, cierto? — se posó frente de él, a sólo dos pasos.

— ¿Si? — arqueo una ceja, que macho se veía ese gesto en él. — Tu eres Lucy, ¿verdad?

¡¡¡Sabe mi nombre!!!

— Si, esa soy yo y he venido a pedirte algo. — él le mostró los dientes, pero ella no iba a flaquear.

— ¿Y qué es eso que quieres pedir?

— Mañana, cuando todos estén reunidos alrededor de la fogata — con atrevimiento recargo su pecho en el de él. — retame y dentro de tres días, tu y yo... — gruño bajo, excitada por todas las imágenes que se le venían a la cabeza. — nos divertiremos mucho.

— ¿En serio? — ella asintió. — ¿Eso es todo lo que tenías que decir?  — De acuerdo, eso no lo esperaba, pero aún así asintió. — Quiero que escuches muy bien lo que te tengo que decir, ¿si? — se acercó tanto a ella que su nariz rozo con la de él. — No quiero follar contigo.

Se alejó tan rápido de ella que el frío le dio de lleno, dio un traspié y con suerte se logró estabilizar, vio con ira como Forest se alejaba. Caminaba como si la tierra le perteneciera, ella sonrio, sus colmillos blancos siendo visibles.

Haré tu mundo temblar, Forest.

§×§

El sol ya estaba en la cima, la comunidad llenándose de gruñidos, risas y festejos, era una ceremonia me muy bonita y sonora, también respetada. Las hembras Especies y las Voraces buscaban y gruñían, algunos machos respondían, otros no. Y Erendi sonrió aún más cuando Noble rechazaba a otra hembra, él era de ella... bueno, por ahora ¿cierto?

Cuando pasó cerca de ellas no se hicieron para atrás, sólo evitaron decir algo. Se encontraban entre las raíces de un viejo árbol, donde de pequeñas; Dysis, Gian, Lucy y ella habían creado la fortaleza, sólo Gabriel sabía de ese lugar y la molesta de Susy. Gian salto emocionada a su lado, tomándole con fuerza el brazo ya que frente de ellas un desesperado Salvation la andaba buscando.

Erendi se alegraba mucho por su amiga, pero también celos, ya que Salvation si la buscó desde un principio.

— ¿Pero qué están haciendo aquí? — Ambas pegaron salto olímpico, se giraron y un Demmon muy sonriente arqueo una ceja. — ¿No deberían andar buscando un macho?