- Señorita Wells, ha llegado tarde.
- Lo siento profesor Connor- dije cerrando la puerta detrás de mí- El autobús se retrasó un poco.
- Me he dado cuenta. Entre y tome asiento junto a sus compañeros- asentí.
Como siempre, tomé asiento en uno de los últimos. Saqué mi libreta de apuntes y anoté las cosas mas importantes. Cuando el timbre sonó, todos salimos. Me dirigí al comedor.
Mientras entraba todos estaban acomodados en sus mesas. Los ricos e hipócritas se sentaban en el medio del salón, los góticos en un rincón donde casi eran imposibles de visualizar, en los laterales estaban sentados los normales. En cambio yo, me sentaba en cualquier lugar que estuviese vacío y lejos de la gente. Odiaba sentarme cerca de los demás, es insoportable como algunas personas presumen su vida perfecta sin pensar en que no todos somos iguales.
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Entré a mi departamento, dejé mi bulto en el sofá. Fui a la cocina y preparé un sándwich. Me quité mis jeans quedando en bragas, me senté en el sofá y encendí la televisión. Estaban pasando el boxeo en vivo desde Inglaterra.
Mientras miraba la pelea siento mi celular vibrar, miro la pantalla y es mi prima Carol.
-Hola Carol ¿qué sucede?
- Hola Emma. Sólo quería saber cuando vendrás a visitarnos. Ya te extrañamos- respondió soltando una pequeña risa.
- No tengo idea, Carol. Sabes que no tengo mucho tiempo- en realidad si me sobraba el tiempo, pero en realidad no me gustaba ir a visitar a mis tías, siempre me traen malos recuerdos.
- Bueno, está bien. Cuando puedas me avisas. Bye, Cuídate prima- colgó sin esperar a que respondiera, pero me da igual.
Como ya se estaba haciendo de noche decidí darme un baño. Cuando salí me coloqué mi pijama y me acosté mirando el techo por unos minutos.
A veces se siente tan triste, tanta soledad. Pero después te acostumbras a disfrutar de tu propia compañía y te das cuenta que estar solo no es tan malo.
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Todos estábamos escuchando al profesor de psicología, él hablaba de como se da solución a varios casos. Nos explicaba y contaba varios casos que él tuvo que asumir y decía la solución que se debía dar, consejos y pensar en las consecuencias que puede tener si no se hace tal cosa. El profesor nos asignó un trabajo en parejas. Todos encontraron su pareja excepto yo, al parecer nadie deseaba estar con una compañera que no hace nada mas que estar insultando y poner cara de asco a cada opinión que dan. En otras palabras yo era la oveja negra del salón, Universidad y de mi "familia" si así me gustaría llamarle.
Cuando todos salieron a almorzar, me quedé con el maestro y le dije que tendría que hacer el trabajo sola, ya que nadie se ofreció a hacerlo junto a mí.
- Lo siento Emma, pero no puedes hacer todo el trabajo tú sola. El lunes vendrá un nuevo alumno y temo que tendrás que hacer el trabajo con él.- me explicó poniéndose de pie para salir del salón.
- Pero si el trabajo es para el viernes.
- Pues, te daré tiempo hasta el miércoles de la próxima semana. Así se conocen y pueden hacer el trabajo en armonía.- dijo restándole importancia.
- ¿ y usted cree que voy a convivir en armonía con un idiota?- dije en tono de risa.
- Pues tendrá que hacerlo, Wells- volteó y caminó hacía el corredor.
- Gracias, imbécil.
Cuando las horas en la Universidad acabaron me dirigí a casa, caminé por varios minutos hasta que llegué a mi dulce hogar.
Cuando entré, recibí un mensaje. Era de mi prima Carol:
"Esta noches tenemos cena familiar, ya sabes por si decides pasar un rato a cenar con nosotros. Te quiero Emma."
Ella es tan jodidamente estresante. A la mierda todo, iré para que me dejen en paz.
Cuando eran las 7:30pm, me fui a la ducha, arreglé mi pelo y finalmente opté por unos pantalones de cuero y una blusa holgada negra. Salí de mi departamento, esperé un taxi y en 10 minutos ya estaba en frente de la casa de mis tías y primas. Le pagué lo correspondiente al taxistas y decidí entrar.
Allá vamos.
Toqué el timbre y después de varios segundos mi prima abrió la puerta.
- Emma, me alegro de que estés aquí. Te he extrañado muchísimo- sólo asentí y entre antes de que ella me indicara.
Debo admitir que odio las demostraciones de amor tanto como a mi vida. Y ni hablar de las reuniones familiares. Siempre me traen recuerdos de mi maldito pasado.
- Emma, querida. ¿Cómo has estado? Te hemos extrañado mucho, Em.- dijo mi tía Lucinda mientras me abrazaba.
- Bien- dije seca.
- Que bueno, preciosa Em.
- No me vuelvas a llamar "Em"- ella asintió con un poco de tristeza. Me fui y la dejé sola.
Un rato después, mis demás tías llegaron y se acomodaron en sus lugares. Algunas de mis tías me saludaron, otras me miraron y actuaron como si fuera una desconocida. Ya había olvidado lo mucho que me odian.
Holaaaaa! Les dejo mi primer capítulo🙈.
Espero su apoyo. No se olviden de votar.
-Dorka los adora!
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Agridulces.
Teen Fiction-Alejate de mí- digo con voz firme dándole la espalda y con las manos en el pomo de la puerta- Te aprecio mucho y por esa razón no quiero que termines en un ataúd por mi culpa. - No, no me alejare de ti, Emma. Cueste lo que cueste.