Capítulo 13.

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Miré al chico por un momento. Estoy seguro que lo había visto en la fiesta, y está claro que se sabe mi dirección porque Zed se la dijo.

-¿Qué buscas aquí?- pregunté directamente.

- Gracias por preocuparte por como estoy. Estoy muy bien.

Sonrió sarcásticamente y entró al departamento como si de su casa se tratase. Normal.

Cerré la puerta detrás de mí, y me crucé de brazos en frente del sillón en donde él se encontraba.

- ¿Qué haces aquí, Jayden?

- Pasé cerca y decidí entrar. Espero que no te moleste. Ah y quiero un poco de soda, estoy cansado.

- En primer lugar, no eres mi amigo ni estás cerca de serlo como para venir hasta aquí como si fuera tu casa; y segundo, no hay soda.

-¿Quieres ser mi mejor amiga? No tengo una y tú serías perfecta. Serás como una cuñada y mejor amiga a la vez.

No se que diablos se cree éste chico, pero ya me está hartando.

- ¿Cuñada?

- Sí, tú y Zed.

Lo miré con sorpresa por unos segundos y después empecé a reír como si mi vida dependiera de aquello.

- Sí, claro.

Corté la conversación y me dirigí a la habitación para tomar una ducha. No me importa para nada si él está en la sala, sólo. Que se lleve lo que quiera.

Puse pestillo a la puerta y me empecé a desvestir para tomar una ducha. En menos de dos horas Luck pasará por mí.

(***)

Salí de la habitación una vez lista y fui hasta la sala para ver en que se encuentra el inepto. Él se encontraba de espaldas, al parecer estaba mirando algo entre sus manos, me acerqué para ver que tenía en manos y cuando vi que tenía el retrato de mamá en manos, todos mis sentidos se nublaron y mi mente se trasladó a los terribles recuerdos de mi infancia.

Esos recuerdos en donde ella se tapaba sus moretones los cuales eran causados por mi padre para salir conmigo al parque. Cuando estábamos en el parque, ella me contaba historias, sus historias trataban de princesas. Siempre me decía que cuando yo fuera grande, sería una hermosa princesa, que siempre estaría conmigo. Pero, sus palabras no se cumplieron.

- Es hermosa, tienes sus mismo ojos, Emma. ¿Porqué no viven juntas?- su pregunta me tomó por sorpresa, fijé mi vista en el suelo y mis manos se convirtieron en puños.

- Tienes que irte. Pasaran por mí en unos minutos.

- Pero...

- Nada, adiós.

Cierro la puerta y me deslizo hasta tocar el suelo. Aprieto fuerte los ojos y aparecen imágenes de mi padre golpeando a mamá. La respiración se vuelve acelerada, me levanto del suelo y tomo el retrato de mamá. Era tan hermosa. Ya no tengo ganas de salir.

Tomo el celular y le escribo un mensaje a Luck informándole que no iré a la pelea.

(***)

Nachos con soda, lo mejor para una noche de series. Pero alguien me quiere dañar la noche, dejo el tazón y me dirijo abrir la puerta.

Carol.

-¿Qué pasa?- cruzo las piernas y pongo el tazón encima de éstas.

-Nada. Estaba sola en casa y decidir venir aquí.

Toma asiento a mi lado y empezamos a ver la serie.

-Emma...

-Dime.

- ¿Cómo está Zed?

¿Y a ésta que le picó para que me ande preguntado de él?

- ¿Porqué debería saber cómo está él? Ni siquiera somos amigos para andar averiguando. Preguntaselo tú, eres la favorita de todos.

Desde pequeña Emma es el diamante más preciado en la familia.

- Deja las idioteces Emma, sólo me entró curiosidad.

- Pues ve a curiosear con él, a mí me dejas tranquila.

Asiente despacio y fija si triste vista en la pantalla del televisor.

Carol recuesta su cabeza en mi hombro. Rodeo sus hombros con mi brazo y empiezo a jugar con su cabello, tengo que admitirlo, amo a Carol con todo lo que tengo y con todas las fuerzas de ese órgano llamado corazón. Siempre estuvo ahí en mis malos momentos, en mis noches llenas de pesadillas y pequeños relatos de esos meses que eran aterradores.

- Carol- alza un poco su para poder verme- gracias por todo- me mira asombrada y luego su asombro se convierte en confusión.

- ¿De qué me agradeces realmente?- su voz sale ronca.

- Te agradezco por estar toda la vida conmigo. Y graba éste momento por siempre en tu cabeza porque nunca más volverá a pasar. Gracias por estar conmigo en todos los momentos y me refiero a esos que son terribles de recordar para mí.

- Oh Emma!- miro sus ojos llenos de brillo por las lágrimas que está reteniendo- Sabes que eres una hermana para mí, y nunca te dejaría sola a pesar de ese mal comportamiento que siempre tienes.

- Tienes razón, soy odiosa.- digo jugando con las puntas de su cabello.

- Eres odiosa porque estás lastimada por dentro. Sé que las sombras de tu pasado te persiguen día y noche.

- Tienes razón, soy como un Christian Grey versión femenina.- ruedo los ojos por mi comentario y después la sala se llena de nuestras risas.

- Ya me imaginé dándole latigazos a tu sumiso.

Reímos hasta que nuestros estómagos dolían. Tenía años que no reía como hoy lo he hecho.


(***)


21 Diciembre 2016.

Doy varias vueltas en la cama antes de abrir los ojos. Puedo apostar que son las once de la mañana. Suerte que ya estamos en vacaciones de navidad. Cero universidad.

Aparto las sabanas de mi cuerpo y me dispongo a caminar al baño. Necesito una ducha relajadora.

Salgo del baño y empiezo a amarrar mi cabello a en una coleta y los pequeños cabellos rebeldes sobre salen de ésta. El timbre de la casa resuena en mis oídos, espero que sea mi prima con la comida. Mi estómago pide a gritos comida.

Abro la puerta sin preguntar quien es. Y mi sonrisa se borra.

- Como que no estás feliz de verme.

- Si vienes a molestar, te puedes ir por donde viniste, Zed.

Cierro la puerta y fallo en el intento. Él atraviesa su pie y entra cerrando la puerta detrás de él y en un rápido movimiento acorralada entre su cuerpo y la pared.

- ¿Y si no quiero irme?- eleva una ceja y ladea su sonrisa. Su aliento choca en mis labios y por inercia mi vista se dirige a los suyos.

¿Qué te pasa Emma? Apártalo de ti. Me grita mi subconsciente. Pero el intento de apártalo es en vano cuando mis ojos se encuentran con los suyos.

Mis labios se entreabren y de inmediato sus ojos se dirigen a esa zona. Poco a poco los suyos también se abren y en lentos movimientos su cara se va acercando a la mía. 

Agridulces.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora