22 Diciembre 2016.
Talle mis ojos y me levanté del incómodo sillón. Tendré que cambiar de lugar.
Emma seguía durmiendo tranquilamente en su sofá, que de seguro es más cómodo que el sillón en donde duermo.
Envíe un mensaje a Sam. De seguro a estado por mi casa.
Fui a la cocina para preparar una taza de café con galletas de chocolate. Las mejores.
Busco el botiquín para empezar a limpiar la herida de Emma. Ésta si que necesita bastante mantenimiento. Retiré la venda que se encontraba con bastante sangre seca. Estoy apunto de sacar lo que me acabo de comer de mi estómago.
Retiré la sangre de la herida y limpié el borde de los puntos con un poco de agua oxigenada para desinfectar. Mi abuela me ha enseñado lo que sé en éstos momentos.
Puse un nuevo vendaje encima de su herida, todo estaba perfecto. Si seguía dándole mantenimiento de éste modo, todo iba a sanar rápido.
Emma y yo estábamos viendo una serie, que resultaba ser la favorita de los dos. Ella despertó con un pequeño ataque de nervios.
Decía que no lo dejara entrar. Supongo que se refiere a la persona que le dio la apuñalada. Quiero respuestas de porqué y quién le hizo ésto. Pero conociendo a Emma, me mandará a comer mierda de su inodoro.
Estábamos arropados en el sofá a una distancia respetable. Como me gustaría que esa distancia fuera cortada. No sé de donde nacen éstos deseos y pensamientos sobre ella, pero de sólo verla me entran ganas de cuidarla y tenerla cerca de mí o en mis brazos.
Terminamos de ver la serie y Emma estaba con sus ojos cerrados. Se que no está durmiendo.
Su rostro ya empezaba a coger su color natural, buena señal y ya no se quejaba tanto del dolor. Tenía unas casi visibles ojeras, pero no es nada que no se pueda resolver.
- Puedo sentir tu mirada en mí, Zed.
Sonrió. Pero su sonrisa tenía algo distinto, y ese algo es que si era una sonrisa honesta.
- No te estaba mirando. Creo que perder un poco de sangre te ha afectado bastante.
- Ya estoy acostumbrada a perder sangre de ésta manera. Así que no me afecta en nada.
Abrí los ojos más de la cuenta. En cambio ella sonrió victoriosa, supongo que por mi reacción. Me observó por unos segundos, parece que está debatiendo en su cabeza alguna cosa.
- Zed...- alce una ceja en señal de que siguiera hablando- ¿Porqué no te has marchado? ¿No tienes miedo?- formulé su pregunta por unos segundos o quizás minutos.
- ¿A qué le tendría que tener miedo exactamente?- frunció su entrecejo y luego bajó la cabeza, lo que me pareció un gesto de timidez.
- Primero llego a tu casa con una bala en el hombro y luego vienes a mi casa, tocan el timbre y me encuentras en el suelo desangransome a causa de una puñalada. Eres el primero que no se ha ido y actuado como si fuera una pandillera o algo por el estilo.
- Emma, no creo que seas una pandillera...
- Pero si todos lo dicen.- me interrumpió y se puso de pie y empezó a caminar por toda la sala.
- ¿Eres una pandillera?-me puse frente a ella y agarré sus hombros.
- No.
- Pues si no lo eres, no tengo que tenerte miedo. Tú aspecto puede asustar a cualquiera que te vea, pero ellos no te conocen...
- Tú tampoco me conoces y nunca lo harás.- la miré a los ojos sorprendido por la forma brusca en la que lo dijo. Sus ojos azules ahora estaban oscuros.
- Pero...
- Nunca lo harás y punto. Gracias por tu preocupación, pero estoy bien sola.
Recogió mis cosas y me las dio. Se inclinó hacía delante y chilló fuerte agarrando la parte del estómago que estaba vendada.
- No, no estás bien sola. Nadie está bien sólo, y aunque lo estuvieras yo no te dejaré sola, Emma.
Su mirada se encontró con la mía. Su respiración estaba acelerada y puedo apostar que su corazón estaba de igual manera.
Mi mirada bajó a sus labios, mordió su labio inferior. Y alargue mi brazo hasta su cara, acaricié sus mejillas y de nuevo fijé mis ojos con los suyos. Fui inclinandándome hasta que nuestras narices rozaron.
Pasó su lengua por sus labios y yo hice lo mismo por los míos. Y sin esperar más nada, uní nuestros labios en un cálido beso, apreté su cintura entre mis manos para así acercarla más hasta mí.
El beso era lento tal y como lo quería. Nos separamos y la abracé fuerte.
Emma' POV.
En el momento en que nuestros labios se unieron, mi interior se calmó. De repente quería que él completara todo lo que estaba incompleto en mí.
No se cómo ni dónde, pero siento la necesidad de que él esté siempre cerca de mí. Creo que es el momento en el que puedo admitir que él me gusta. Pero, temo a que ésto sólo sea un error. No quiero involucrar a Zed en mi desorden al que llamo vida, sé que él no va a soportar todo.
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Agridulces.
Teen Fiction-Alejate de mí- digo con voz firme dándole la espalda y con las manos en el pomo de la puerta- Te aprecio mucho y por esa razón no quiero que termines en un ataúd por mi culpa. - No, no me alejare de ti, Emma. Cueste lo que cueste.