Capitulo 11

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  Mire el reloj de mi celular y eran las 7:00am ¡OMG! Llego tardísimo, pensé mientras entraba al baño.

Me di una ducha muy corta y salí corriendo a buscar ropa, me vestí normal, una falda de jean, unas chatitas y una remera hasta el ombligo.

Cuando baje Eddy ya se había ido, ¿Qué clase de hermano se va y deja a su hermana caminando sola? Si Eddy Puente, mi hermano.
Solo tuve tiempo de agarrar una manzana e írmela comiendo en el camino.

Llegue tarde, tal cual lo pensé. Estaban los pasillos vacíos y yo corría hacia mi casillero.

-Vamos, Vamos-puse la combinación del candado y saque lo necesario.

Golpee la puerta de mi salón y el profesor de contabilidad salio y me puso cara de pocos amigos.

-Tarde Puente-me informo como si no lo supiera y luego gruño. Viejo loco.

-Disculpe-puse cara de niña buena, es la primera vez en el año que me pasa esto y justo me toca con este viejo amargo y arrugado.

-No la puedo dejar pasar, interrumpirá mi clase.

No le dije nada porque le hablaría de mala gana y no quería terminar en detención. Solo retrocedí y el hombre cerró la puerta desafiantemente.

-Imbecil-murmure caminando lentamente hacia mi casillero.

Deje todo y luego me dirige a la cafetería donde desayune como se debe.

Al sonar la campana me retire del lugar vacío para buscar a mis amigos.

-¡Poncho!-exclame corriendo hacia el.

-Hey-me abrazó cuando llegue a donde el se encontraba con los demás.-¿Dónde estabas?

-No me dejaron entrar a clases así que me quede en la cafetería.

Salude a Dulce, Ucker y luego a Chris. A Eddy lo mire de mala manera porque es un cretino.

-Necesito hablar contigo-susurro Poncho.

-¿Ahora?-pregunte cuando Dulce ya no nos veía.

-Si, ven vamos.-me tomó la mano, aafff como extrañaba eso.

Caminamos hacia uno de los banquitos de madera. Nos sentamos y el sonrió.

-¿Qué es lo que pasa?-pregunte desconcertada.

-No pasa nada.-respondió sonriendo nuevamente.

-¿Por qué siempre sonríes?

-¿Qué debo llorar?-ambos reímos.

-¿Qué ibas a decirme?-dije luego de que paramos de reír.

-¿Te acuerdas de nuestro trato de "amigos"?-hizo comillas con sus dedos, asentí con la cabeza- ¿sigue?

-No lo se-respondí realmente sin saber, pues en esto yo soy la única que se lo toma de verdad.

-¿Por qué no?

-Porque no se.

-Vamos, Any. Te prometí ser como un novio y no cumplí. Juro que esta vez lo hare.

-No lo se Poncho-agarre un mechón de mi pelo.

-¿Haras lo mismo de la otra vez?

-No Poncho. No quiero. Esta vez no.-dije fríamente. "SI SI QUIERO" no lo hagas Anahi. Era como si mis dos lados hablaran.

-Por favor-sus ojos de suplica nuevamente florecieron.

-Okey-dije finalmente- no quiero terminar peleada contigo ¿si?

-No te arrepentirás.-contesto besando mi mejilla-Gracias amor.

Bien Poncho.-pensé feliz- Como me mueve el piso con tan solo mostrar su perfecta sonrisa.

Cuando sonó la campana para ir a casa me fui en el auto con Poncho, me dijo que iríamos a almorzar a su casa, pues accedí me gusta estar con el y su familia.

-¡Anny!-exclamo la mas pequeña de los Herrera bajando las escaleras-hola, hola,hola-me abrazo tiernamente y la agarre para levantarla.

-Hola mi vida-dije besando su mejilla-¿Cómo estas?

-Bien-respondió con su fina voz- ¿Te quedas a comer?

-Si baby-le dijo Poncho besando su mejilla- si se queda con nosotros.

-Wiii-levantó sus bracitos en tono de victoria- te sentaras a mi lado ¿si?

-Como tu quieras pequeña.- Poncho sonreía al vernos juntas.

Me senté al lado de Poncho y de Mayte tal cual ella me había pedido minutos antes. No paró de decir cosas sobre su guardería y de sus amiguitas en esta. Poncho y su hermano Santos de 9 años hablaban de sus notas en el colegio y sus padres Alfonso Herrera y Ruth Rodriguez los felicitaban.

-Anny hacia tanto que no venias-dijo Ruth tomando un sorbo de su gaseosa.

-Si, es que habíamos tenido una pequeña pelea con Poncho y bueno ya sabe.-todos reímos.

-Es que Poncho es de carácter fuerte-dijo el hermanito de Santos.

-Cállate-rió Poncho- tu no te quedas atrás- le dijo al pequeño.

Cuando terminamos de almorzar ayudamos a Ruth con los platos y luego nos fuimos con Mayte por un helado.

-Frutilla y frambuesa-pidió la pequeña en brazos de Poncho.

Comimos cada uno su helado y luego nos cruzamos a la plaza de en frente.
Mayte jugaba en los juegos.

-¿Te estas aburriendo?-paso su brazo por mis hombros.

-No-acomode mi cabeza en su hombro- contigo la paso bien.

-¿Sabes?-acarició mi cabello suavemente- te quiero mucho.

-Yo también Poncho, sin ti no soy nada.

-Me costó tanto estar peleado contigo.

-A mi igual, no recibir tus mensajes al celular o tus "tengo que decirte algo". Te extrañe.

Besó mi mejilla.

-Yo también, linda.


Después de dejar a Mayte en casa de Poncho, me llevó a mi.

-Bueno-me baje del auto.-Nos vemos mañana.

-Claro baby-respondió bajándose el también.-¿vamos juntos?

-Si, ¿Cómo no?-se acerco a mi.

-Te quiero.-pronuncio a centímetros de mis labios.

-Yo también te quiero-me tomó de la cintura y me pegó a el.

¡Si que besa bien!-pensé cuando lo único que hacia era mover mi boca al compás de sus labios. Como me gustaría vivir así, besándolo, si solo eso.

-Nos vemos mañana amor-dijo dando el ultimo beso en mis labios.

Esa mañana no me desperté, pues pase de largo la noche. No dormí pensando en Poncho y en nuestros juegos amorosos.
Cuando me mire al espejo, mis ojeras eran terribles y mis pelos una melena. Necesitaría un día entero para alistarme para ir al colegio.  

AMIGOS CON DERECHOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora