Capítulo 12

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   Cuando termine de atrasar nuestra salida, había estado simulando que todavía me faltaba arreglarme solo para molestarlo, fui directo hasta Richard. A su oreja mas específicamente para susurrarle que todavía seguía enojada, dejando mis manos caer por su pecho en una aparente caricia inocente para pasar de él ¡No era el único que sabía provocar! No conté con quedar atontada por su olor a coco que hoy se mezclaba con otro perfume, que si no me equivocaba era el invictus ¡Este hombre tenía buen gusto hasta para elegir sus perfume! Intente no darle importancia y seguí, sin dirigirle ni una mirada, mi camino en un tentador balanceo de mis caderas hasta el ascensor. 

   Me equivoque al pensar que Richie no seguiría mi jueguito.  Entretanto cuando esperaba de espaldas dentro del ascensor a que viniera, el me tomo lentamente por detrás. Su dedo se escurrió por mi cuerpo empezando a subir de forma tortuosamente pausada. Sus labios chocaron con mi oído cuando llego a mi escote, tuve que ahogar un gemido que pedía a gritos emerger de mis labios.

-Deberías tener cuidado, se perfectamente que abajo de esto solo llevas una tanga y eso por cierto me enciende mucho, así que te recomiendo no jugar conmigo Amber...-advirtió dejando un leve mordisco en mi hombro al mismo tiempo que su dedo jugueteaba a pasarse entre mis senos.

   ¡Mierda! Pensé que pasaría desapercibido el pequeño detalle de mi falta de sostén.

   Y ahora el karma por querer vengarme volvía a mi, dejándome una vez más irritada por su alejamiento después de provocarme. Era de carne y hueso, no iba a poder mucho mas con la tensión sexual entre nosotros. Ni siquiera sabía porque intentaba aplazar la situación, ¿tendría miedo a lo que vendría después? La respuesta sin dudarlo ni un segundo era un si,¿como no podría temerle? El me hacia sentir un centenar de cosas que nunca había sentido. Solo con decirles que con un verlo una sola vez ya me había engatusado, era una pequeña parte de la magnitud de lo que me hacía sentir...

   Richie me sacó del ascensor,  al igual del rumbo mis pensamientos oscuros, para ir hasta su auto tomando mi mano. Esta costumbre me estaba gustando, sonreí escondida, aprovechando que el iba delante y no podía verme. Sentí la ausencia inmediatamente cuando me liberó para abrirme la puerta e indicarme que me acomode en el asiento del acompañante.

  Ni bien me acomode en su auto sentí su esencia golpearme, estaba impregnado de ella, quería embeberme de su olor. No tenía comparación.

-¿Al barrio latino entonces?- hablo ya en su lugar, con su mano preparada esperando para apuntar la dirección en el gps, de nuevo sacándome de mi trance producido por su aroma. Este hombre no tiene idea de lo que le provoca a mis hormonas...

-¡Si!- dije eufórica, repentinamente olvidando mi enojo, me generó emoción la imagen de tenerlo junto a mi en un lugar que me encanta. Hoy el me había mostrado algo que le gustaba hacer, experiencia que nunca se borraría de mi cabeza por cierto, ahora era mi turno de darle algo que recordar. Aunque fuera todo improvisado por su irracional forma de disfrazar su celos acompañándome.

-¿Ahora estás emocionada?- dijo intentando ocultar una sonrisa de soslayo en la oscuridad de la noche mientras conducía. Antes que pudiera reprochar, volvió a hablar- No se como lo logras, siempre haces que haga cosas que siempre he evitado- reflexiono frustrado- Contigo todo es tan diferente...- confesó tomando por sorpresa.

   Y a pesar de que  expresaba lo que a él  le pasaba, sentí que me sacaba una verdad oculta en mi interior así mismo. Con el todo lo que para mi era habitual daba un giro de trescientos sesenta grados, me quitaba la estabilidad a la que estaba acostumbrada. Se sentía bien no ser la única.

-Tu también haces eso conmigo Richard- murmure en un tono apenas audible, con mi vista perdida en las calles, me veía incapaz de verlo directamente en este momento. Eso era lo que más me preocupaba de nuestra relación, su impacto sobre mi.  Agobiada por todos esos sentimientos y antes de que pudiera detener las palabras salieron de mi boca:

Reviviendo sentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora