El chico se rascó la cabeza. No podia parar de pensar en ella, que lo miraba con ojos risueños. No podía parar de pensar en que no debía pensar en ella. ¿Y si ella se daba cuenta de lo que sentía por ella? Si es que sentía algo, pues quiza el dolor de estomago y el embote mental se debían a gases, y no a su presencia.
-Bueno y... ¿que tal tu gato? Se llamaba Azul ¿verdad?
-No-rió ella-, se llama Azur.
Por su equivocación y tal vez por los nervios el tambien rió.
Andrés vió un movimiento de reojo y ambos giraron la cabeza. Jesús y Puck, se deslizaban lentamente hacia atras. Conscientes de que los habían visto, reprimieron una sonrisa y se dieron la vuelta para seguir avanzando de puntillas.
-¿Se puede saber que haceis?
-Si, voy a... lavar el coche.
-Y yo voy a acompañarle.
-O pues vamos con vosotros-dijo Elís.
Su amiga la miró furtiva y ella agachó la cabeza con un poco de miedo.
-O sí, yo voy a enseñaros mi nuevo coche, es mi pequeño. Mi hermoso BMW blanco.
Elís y Puck se miraron y se echaron a reir por una broma que solo ellas en tendian.
Adoraba esa risa. ¿Que le estaba pasando?
Abanzando el ultimo, detras del grupo, Andrés mo pudo evitar ovserbar la forma de las caderas de Elís, los mechones castaños que le caían sonre la espalda y la curvatura de sus hombros.
No podía parar de pensar en que no debía dejar de pensar en ella.
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Septiembre
RomanceElisabeth, Elís, era una chica normal. Tenía sus amigas, sus amigos y sus chicos. Pero había uno, un chico inalcanzable, incluso de altura, que la volvía loca. Andrés era diferente al resto, porque no vivia en madrid, como los demas. Si no que a él...