Puck

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—Está bien, has ganado.
Nathan sonrió a Puck, la bajó de sus hombros y la sostuvo con sus brazos por su espalda y la corva de sus piernas.
— Te lo dije. ¿No vas a darme un besito? Princesa — La última palabra la pronunció muy despacio, como si quisiera que la salvaje se ofendiera.
— ¿Princesa? Yo soy una reina y no beso a sapos para encontrar a mi príncipe.
Puck se hizo la ofendida y bajó de los brazos del chico.
A la que subían Andrés cargando con Elís.
Los cuatro se sentaron en la campa.
Puck dió un puñetazo en el hombro a Nathan y este seguido la dió una palmada en la pierna.
Los dos se miraron con el ceño fruncido.
Y la salvaje le volvió a dar en el hombro.
Y Nathan la volvió a dar en la pierna.
Así sucesivamente cada vez más fuerte que la anterior.
Hasta que ella acabó con la pierna roja y él con el hombro dolorido.

SeptiembreWhere stories live. Discover now