Andrés

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Esperó en la puerta de su casa a que Elís guardara las cosas de la tómbola.
Cuando la chica salió, Andrés la agarró de las manos.
Elís se sonrojó.
- Te voy a llevar a un sitio- la dijo con una sonrisa en la cara.

Aquella noche, no había ni una nube, se podía ver el cielo por completo.
Elís seguía a Andrés por las calles de Lores como el día en el que vieron las estrellas en el bosque.
Las palabras que le susurró por la mañana se le vinieron a la mente.
"Te quiero, estás preciosa"
Al poco rato o llegaron a un prado. Era la noche de la lluvia de estrellas, se sentaron en la hierba y observaron el infinito.
Pasó la primera y por extraño que parezca los dos pidieron el mismo deseo.

SeptiembreWhere stories live. Discover now