Narrado por Steven
Topacio estaba muy débil. No podía caminar, por lo que tuve que ayudarle a seguir pasando su brazo por la espalda. Este movimiento fue un poco incómodo,porque la única chica, aparte de las cristal gems, a quien había abrazado alguna vez era Connie.
- Gracias - dijo de repente Topacio.
-No es nada-dije, porque no sabía que más responder.
Luego de unos momentos de silencio, logramos llegar a la plaza, justo al lado de la tienda de donas.
-¿Quién es ella? Por eso te desapareciste, ¿verdad?. A la próxima vez me avisas para no tener que parar tu cita romántica en medio de la plaza. Lamento dañar su dulce cita, señorita, pero creo que este joven no sólo tiene que darme explicaciones a mí, sino a las chicas que se han pasado toda la tarde en su búsqueda. Nos va a tener que aguantar la bonita charla que vamos a tener,.¿No es cierto,Steven?
Todo pasó tan rápido que casi no entiendo lo que me decía Connie,quien, por su tono de voz,parecía cerca de sacar la espada de mi madre y matarme a mí y a Topacio.
- ¿Quién es ella?- me preguntó en voz baja Topacio
- Una amiga, descuida, no te hará nada- dije en el mismo tono
-Si no lo hace ella, yo lo haré-dijo, antes de lanzarse hacia Connie.
Pobre Steven, la que se le armó por un malentendido.