Después de un largo, largo tiempo, he vuelto, no podía dejar todo a medias, sé que afecta sentir que nadie lee esto, pero, es una meta conmigo misma, y con las pocas personas que lo hacen; terminaré la historia, sin importar nada, dejaré toda mi imaginación en mis historias, no me rendiré, me demostraré a mi misma lo buena que soy y que no debo dejar de hacerlo, no cualquiera puede escribir, como tampoco, cualquiera puede amar leer.
Buen día.
Capítulo ↓
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-¿Estás loco?
-Ellos saben, Anna, por favor, no me dejes plantado- dijo haciendo pucheros.
-Es que...
-Nada nada- me tomó de la mano y me llevó sin mi consentimiento -No tiene que haber un "es que" conmigo, eso me pone un poco triste.
-Pero nunca he pasado la noche fuera de casa.
-Siempre hay una primera vez, mi amor.
Y ahí va, de nuevo su romanticismo, me volvía loca, tantos problemas y ninguno le afectaba, tanto bastaba con que mi padre le llamara advirtiéndole sobre donde tenía sus manos, era muy incómodo.
Aún así, no se dejaba oprimir, era lo que más me gustaba de él, podría estar conmigo y alguien le hiciera poner malhumorado, me miraría con el mismo amor de siempre y luego, miraría a ese alguien con desprecio, sin pelearse, sabía controlarse, sabía que era lo que quería que hiciera y dijera.
Todo cuando estoy con él, la atmósfera es de amor; sobra decir, que hasta las peleas nos daban más amor, porque, cuando no hay peleas, la relación es una nuez hueca, engañando a la vista, una farsa, pero nosotros no somos así, nos amamos como si nuestros huesos y venas se unieran cuando nos damos la mano, para que no se separen nunca.
-Ahora...
Antes de que lo dijera, lo hice, le tome de la mano, era habitual que el uno hiciera lo que el otro pensara, a veces, era tan cierto que daba miedo. Ya pensábamos como uno, éramos una sola alma, demasiado para ser verdad.
Caminamos por el parque de diversiones buscando una atracción a la que subirnos.
-Que tal esa.
-¡No!
Era una atracción donde subía hasta cierto límite, demasiado alto y luego volvía a bajar con mucha fuerza, es para dementes.
-Estarás conmigo, ni eso te alegra...
Otra vez, el puchero irresistible, como no amarlo.
-Está bien, solo porque estoy feliz contigo.
-Así me gusta.
Luego se la devolveré peor.
Luego de que bajamos de esa atracción, no deje de vomitar, estaba mareada, gracias a eso nos tuvimos que ir.
Me llevo a su casa de verano, era muy bonita, tenia mucha vegetación. Entramos, me enseñó la casa, tenía dos pisos, en el segundo, tenia balcón en el lado de la entrada y otro en la parte trasera de la casa, la habitación que me dejó, fue la del balcón en la parte trasera.
Subió mi maleta y la dejo sobre la cama.
-Cambia te, hay algo que hacer.
Salió y cerró la puerta detrás suyo.
Me puse un short negro y una camisa blanca manga larga, me preparaba para el frío de la noche.
Bajé las escaleras, pasé por la sala y luego por la cocina, un pasillo me llevaba a la puerta trasera.
Cuando me fijé, había una manta en el prado, en el centro había una canastilla, donde habían frutas y comida, entonces, él salió de la casa, se había puesto algo que yo llamaría "pijama". Una sudadera azul y una camiseta blanca, se veía muy bien.
Eran las 4:30 p.m, así que se podía ver el sol insinuando el final del día, un hermoso atardecer.
-Estás guapo.
Sonrió y vino hacía mi.
-Tu eres mas bonita que el cielo de noche, eres mas bonita que cualquier estrella, la Nasa debe estar muy preocupado porque del cielo se calló la más hermosa estrella.
-¡Oye!-
Esas palabras me aceleran el corazón.
-No miento.
Me tomo de la mano y nos sentamos en la manta. Nos preparamos unos emparedados, comimos mientras hablábamos de nuestras familias.
Cuando terminamos de hablar, apoyé mi cabeza en su hombro, redondeo su brazo desde mi espalda hasta brazo.
Me abrazó y me besó la frente.-Ahora mismo, vas a ver algo parecido a como yo te veo y me siento contigo.
Entonces, el cielo se tiñó de naranja, el degradado más perfecto y hermoso, mi piel se erizó, estaba demasiado feliz.
-Te quiero, Ethan.
-También te quiero, mi Anna.
Entonces, nos unimos en un adorable beso.
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Mi Pequeña Nerd
Teen FictionSolían hablarse todo el tiempo, a cualquier hora y en cualquier lugar, nada les importaba más que hablar y contar cosas el uno al otro, pero algo extraño pasó que se apartaron de un momento a otro. Anna no recuerda porqué paso, sabe que lo ocasionó...