Sebastian se despertó por los pequeños quejidos que Tristan hacia a su lado. A ambos les gustaba dormir juntos. Aunque el pequeño siempre despertará en medio de la cama con los brazos y piernas extendidos relegando a su padre a una esquina.
Ese día cumpliría 3 años.
Tres años desde la muerte de Samantha.
Era tremendamente rápido el tiempo que había pasado.
Doloroso. Pero rápido.
Miró a Tristan con la boquita entre abierta. Se parecía mucho a él. Tenía su mismo color de piel, y el mismo color de cabello. Su nariz y su boca eran como la de él. Sin embargo…
-Hola dormilón.
Tristan se talló los ojos antes de abrirlos por completo. ¡Ah! Ahí estaban… los ojos de su amada esposa. Ese verde intenso que parecía que veía a través de ti.
-Papá, es mi cumple años.
-Así es ¿Quieres tu regalo? - ¿Pero que estaba diciendo? Era obvio que lo quería, su carita de anticipación lo decía más que nada. Se levantó rápidamente y fue a buscar una caja con un moño blanco. – Aquí tienes.
El pequeño estaba emocionado. Cuando abrió la caja saltó de alegría.
-Es el tren que quería papá… Gracias.
Y ese era todo el estimulo para sentirse el padre más afortunado de todos.
A lo largo de su mañana habían recibido muchas llamadas de todos sus amigos deseándole un feliz cumple años a Tristan. Sakura, Dan y él habían planeado durante meses su fiesta que sería más tarde en su jardín. Por lo que por ahora tenía que mantenerse lejos de la casa de Sakura y Dan.
Tocaron la puerta.
Sebastian sonrió cuando vio a Andrew plantado en su puerta.
-Eah… que no esperábamos al tío Andrew.
-Apuesto a que no ¿Tristan?
-Abriendo sus regalos.
-¿Puedo pasar?
-Por supuesto.
-Gracias por aceptarme en tu casa.
-Eres mi mejor amigo, Andrew. Esta siempre será tu casa.
-Vaya… eso no era lo que me decías hace tiempo.
-Crecí – Se asomó escaleras arriba y lanzó un grito a Tristan para que bajara – espero que también lo hagas.
-Lo capto.
Tristan frunció el ceño en cuanto lo vio y se colocó atrás de su padre. Sebastian no pudo evitar soltar una carcajada.
-Vaya… que mi hijo te tiene miedo –Se puso en cuclillas – Tristan, se que las últimas veces que has visto a Andrew le has tenido miedo. Pero no deberías. Te lo he explicado un millón de veces. Es un buen amigo de papá y también lo fue de mamá. Y a los amigos no les tenemos miedo ¿Cierto? – Tristan asintió nada convencido – Bien. Ese es mi hijo. Ahora, Andrew ha venido por tu cumple años. Como lo invitamos hace unas semanas que vino a visitarnos.
-Te he traído un regalo.
El pequeño se separó de su padre al instante.
-Palabras mágicas – Dijo Sebastian satisfecho.
Tristan cachó la nueva pelota de beisbol que le lanzó Andrew con su, también nuevo guante de cumple años en el jardín de Sebastian.
-¿Cómo estuvo la cena de ayer?
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Amor odio o paranoia
Romance¿Amor obsesivo? ¿Celos descontroldos? Ella fue puesta en un pedestal desde pequeña, por más de una persona ha sido amada desde su infancia, ahora de adulta se da cuenta que eso crea más problemas que los que le hubiera gustado tener.