Llamada agitada, llamada indeseada

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Sakura estaba en clase, casi durmiendo. Olivia le estaba dando un codazo por que ya se había dormido sobre la mesa, cuando escuchó su celular sonar. Se levantó tan rápido que le dio vueltas la cabeza, y después escuchó a toda la clase reírse de ella. Sintió como se ponía colorada, pero con todo y vergüenza el teléfono seguía sonando.

–  Es un placer saber que está con nosotros señorita Devenport – dijo el profesor Barnet, un hombre gordito como de uno setenta y poco cabello acomodado hacia atrás para que no se viese tato su calvicie. El teléfono volvió a sonar - ¿No va a contestar?

–  Hola – dijo Sakura incluso antes de que el profesor le dijera eso. el profesor Barnet puso los ojos en blanco y siguió dando su clase.

–  ¡Sakura! – dijo una voz tan familiar como el aire.

–  ¡Sebastian! – dijo más animada, casi gritando. Miró al maestro que se había detenido nuevamente y la veía con cara de paciencia – lo siento – le dijo al Sr. Barnet – es urgente.

–  Señorita Devenport, salga por favor. – dijo mientras le sonreía. Ese maestro era estupendo.

–  Gracias – articuló entre labios mientras recogía sus cosas y salía.

–  Creo que te interrumpí en clase – dijo Sebastian.

–  Sí, solo un poco, pero ya acabe. No importa.

–  ¿Acabaste? Bueno, lo dejaré pasar. – hubo un silencio donde sonrieron, había tantas cosas que decir… hace dos semanas que no le había llamado – Sakura… – dijo él rompiendo nuevamente el silencio –…regresamos.

–  ¿Regresan? ¡Eso es genial! ¿Cuándo?

–  Mañana por la tarde. Aunque decir “Regresar” no es exactamente el término que ocuparía.

–  ¿Cómo? ¿Qué quieres decir?

–   Digamos que vamos a ir de visita por una larga temporada. Queremos vivir en Francia. Ya compramos una casa, te va a encantar - ¿encantar? ¿a ella? ¿Por qué a ella…? Pensó Sakura

–  ¿Francia? ¡Que bien! No esta tan lejos – suspiró aliviada – pensé que se quedarían en México.

–  No niña boba. Sin mi ¿Qué harían? – dijo fingiendo arrogancia.

–  ¿Qué haríamos…? Humm… - él se rió.

–  ¿Les dirás a los demás? – preguntó. Pues por lo que le había dicho Sakura, ella y Dan ya casi no se hablaban, eso era malo por dos razones: la primera, Dan era un gran apoyo para ella, no el mejor pero si el mas necesario; y la segunda era por que, aunque Dan no era el mejor de los candidatos, era el más aproximado para estar con Sakura, y al ya no tenerlo ahí, lo único que hacia era dejar el maldito camino libre para el peor de todos… Andrew. – espero poder verlos a todos

–  Claro, claro. – dijo muy animada. Eso le ayudaba, no conocía a nadie más que le diera la bienvenida como Sakura.

–  Gracias, nos vemos mañana para cenar, prepara algo delicioso ¿vale?  – hubo nuevamente otro silencio – ha y ¿Sakura?

–  ¿Humm? – dijo ella aun sonriéndole al auricular. 

–  Te tengo una sorpresa. – colgó.

Estaba demasiado emocionada para regresar a clase. Sorprendida y cansada, no había dormido toda la noche por que estuvo ayudando con proyecto a Andrew. Le había pedido consejo. Eso era mucho que decir, pero se alegraba que la tomara en serio. Y ambos habían estado tan cansados que se habían ido directo a la cama a las cuatro de la madrugada.

Amor odio o paranoiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora