Sorpresas, sorpresas y mas desagradables sorpresas

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Sakura había llegado en a madrugada. Y se dirigió a su casa. El departamento estaba totalmente a oscura, pensó que tal vez Andrew no llegaba. Dejó sus maletas en la entrada, estaba muy cansada para poder sacar las cosas ahora mismo.

Pensó que se había precipitado en tomar una decisión.

–  ¿Sakura? – ella dio la vuelta.

–  ¿Andrew? – sí, era Andrew, acababa de salir de bañarse y la toalla le cubría solo la cintura.

–  ¿Está todo bien, Sakura? – dijo aproximándose a ella preocupado.

–  Claro – dio un paso hacia atrás para alejarse de él y poder verlo mejor. Andrew interpretó mal aquel alejamiento.

–  ¿Qué a pasado? Pensé que regresabas mañana.

–  Me encontré con Dimitri – estaba viendo a Andrew, no se le veía mal. Para nada. Podría haber jurado que si se le daba la oportunidad seria arrogante – dijo que hubo otra infiltración de información.

–  Oh, eso. – le sonrió – no te preocupes, averiguaremos de quien se trata. – caminó hacia la cocina y la toalla que utilizaba para secarse el cabello la puso alrededor de su cuello - ¿Es por eso que regresaste? – pasó al lado de ella y le alborotó el cabello – te preocupas tanto…

–  Disculpa – dijo amargamente – si eso es lo que crees… creo que tomaré una ducha y me iré a dormir.

–  ¡No, espera! – a grandes zancadas la alcanzó y la tomó del brazo suavemente – te extrañé.

–  Solo me fui dos días Andrew, no tuviste tiempo de extrañarme.

–  Claro, claro – dijo abrazándola – no peles conmigo, estate calladita.

–  Estas fatigado, Andrew – él la tomó en brazos como si se tratase de una pluma, y la dirigió a la habitación.

–  No sabes cuanto – Sakura miró sus ojos, tenia ojeras, estaban tan marcadas que parecían hematomas ¿Cómo es que no se había dado cuenta antes? Eso no era algo que se hacia de la noche a la mañana.

–  Deberíamos dormir.

–  Solo quiero estar contigo. – la depositó en la enorme cama blanca – te extrañe Sakura – le besó los labios y se recostó sobre ella.

–  De verdad creo que deberías dormir.

–  Te dije que te estuvieras calladita. – le despojó de su ropa lenta y delicadamente y la penetró, ella gimió, en ese momento los labios de Andrew se encontraban con los suyos. Comenzó a moverse dentro de ella, hasta que ambos se vieron envueltos en un enorme placer.

Dos horas después, Andrew había escuchado el timbre, se levantó rápidamente pues Sakura seguía dormida en sus brazos.

–  Te he estado buscando – dijo Dan molesto por el altavoz.

–  Lo siento.

–  Te eh esperado durante horas en la oficina, y ¿Para que? Para encontrarme con que tú estuviste durmiendo en tu habitación mientras yo revisaba tus papeles.

–  Ya te he dicho que lo siento – apretó el boto para que la puerta se abrirá – sube y hablemos de eso.

Arriba, Dan y Andrew comenzaron a trabajar inmediatamente, tenían tanto que hacer que lamentaba un poco no haber podido dormir. Pero solo un poco.

Miró hacia su habitación.

Un movimiento bastante raro. Dan había visto como Andrew mandaba continuas miradas a su alcoba. Eso le molestaba. Seguramente estaría con otra mujer mientras Sakura se encontraba fuera.

Amor odio o paranoiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora