Normalmente cuando las personas tienen problemas típicos de un adolescente, tienden a desesperarse, gritar y hasta llorar en la soledad de su habitación, pero yo no encontraba la lógica de eso en este momento, habían pasado seis horas desde que mi mamá me dio la increíble noticia (nótese mi sarcasmo) de que volvería con ella y mi padre a Los Ángeles para vivir como la familia feliz y yo estaba actualmente recostada en mi cama boca arriba viendo el techo.
La verdad es que en un principio pensé que era una estupidez regresarme a Los Ángeles, pero mientras más pasaban las horas, más convencida estaba que no quería permanecer mucho más tiempo en Seattle. Había perdido a mis amigos que eran una de las principales razones para mantenerme en esta ciudad demás de Jake obviamente.
Dos toques en la puerta hicieron que por fin saliera del mundo de mis pensamientos y me encaminara hacia la puerta, sintiendo el frío suelo de madera en mis pies descalzos. Abrí la puerta y el rostro somnoliento de mi prima Valeria apareció frente a mí con una taza de algo parecido a un té verde en sus manos.
—¿Puedo pasar? —preguntó ella, yo me aparté hacia un lado de la puerta indicándole que pasará.
Seguidamente cerré la puerta de mi habitación y seguí a Valeria hasta sentarnos una al lado de la otra en la cama, aquella imagen me hizo rememorar cuando vivíamos en Los Ángeles y hacíamos pijamadas donde pasábamos horas sentadas en nuestra habitación una al lado de la otra hablando de los grandes problemas de la pubertad.
—¿Entonces te vas? —Fue la pregunta de mi prima.
Yo simplemente suspiré, sabía que para que Valeria estuviera a las nueve de la mañana en mi habitación en vez de en la escuela como corresponde significaba que algo le incomodaba.
—No lo se —hablé por primera vez en horas en un tono algo ronco.— No se si quedarme aquí y esperar a que todo mejore o irme a Los Ángeles y dejar todo Seattle atrás.
Valeria me miró justo a los ojos como lo hacía Jayden siempre, como si estuviera escudriñando en mi mente a través de la mirada, obviamente me sentí incómoda.
—Primero porque te vayas no vas a dejar nada atrás, más bien lo recordarás aun más y segundo —Valeria hizo una pausa— No puedes esperar a que las cosas las arregle el destino solamente, tú tienes que poner de tu parte.
—Yo...
El sonido de mi teléfono interrumpió mi voz. Me dispuse a buscarlo debajo de mi almohada y cuado lo encontré, lo desbloqueé y deslicé mis dedos sobre la pantalla hasta dar con el mensaje de texto que me había enviado Jayden.
¿Por qué no viniste al colegio? ¿Estás bien?
Suspiré mirando la pantalla y mordí mi labio. Debía decidir que era lo mejor para mí si irme o quedarme y quien mejor para discutir eso que mi amigo de cabello negro. Tecleé la pantalla y le respondí a Jayden.
Sí estoy bien, ¿Estarás ocupado más tarde?, necesito tu ayuda :'(
***
Después de mi encuentro con mi prima Valeria en la mañana, en el cual le aclaré que le daría detalles de todo lo que me ha pasado últimamente, más tarde. Ahora me encontraba siendo prácticamente arrastrada por Jayden a una dirección desconocida en el oeste de la ciudad en un sorprendente día soleado en pleno inicio del invierno.
Cuando por fin nos detuvimos al final de una feria de comida, mi mirada se centró en una gran Noria ubicada al pie de Elliot Bay, parecía un lugar moderno y perfecto para los enamorados ¿Por qué Jayden me trajo aquí?
—Bueno rubia —habló Jayden con su brazo enganchado al mío— Bienvenida a Seattle Great Wheel.
—¿Qué haremos aquí?
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Mi Querido Nerd #1 (EDITANDO)
Teen FictionLos chicos en la preparatoria podían llegar a ser muy crueles y la prueba viviente de eso era Jake Wilson, un chico maltratado, humillado y discriminado por la mayoría de los estudiantes de la preparatoria Johns. Todos se burlan de su cara de pánico...