Mi mamá estaba ahí de pie frente a nosotros taconeando su zapato con su maleta a cuestas. Como toda madre, al verme a punto de besar a Jake, puso su mejor cara entre molesta y espantada. Por un momento desee que me tragara la tierra. Debo ser la chica con peor suerte en el mundo. Las nauseas comenzaron a revolotear en el fondo de mi estómago y sentí que me tambaleaba cuando Jake se alejaba de mi rápidamente al ver a mi distinguida progenitora.
—Mamá —susurré tratando de sonar calmada y pensando a detalle lo que le iba a decir— Él es Jake Wilson, el chico del que te hablé hace unos días.
Mi madre puso su mirada severa en mi y en un santiamén miró a Jake, yo también miré al nerd que acababa de confesarme que me amaba, su rostro cambio de un rojo acalorado a un frío color pálido, sus manos temblaban levemente al igual que las comisuras de su labio inferior, estaba bastante incómodo.
—¿Por este chico es que llegaste el otro día llorando? —preguntó mi mamá y yo asentí bajando un poco la mirada.
Era verdad, el día que tomé la decisión de no discutirle a mi madre sobre su maravillosa idea de volver a Los Ángeles, había llegado llorando a casa después de los acontecimientos ocurridos en la noria. En realidad, en aquel momento estaba muy decidida, pero ahora yo quiero quedarme aquí con Jake y debía pedírselo a mi madre justo ahora, si era necesario rogaría.
—¡Ahí está! —una voz retumbó en el pasillo largo donde nos encontrábamos.
Mi madre, Jake y yo nos giramos y observamos como un hombre obeso, que al parecer era de seguridad, corría hacia nosotros pesadamente seguido de otros dos chicos con el mismo uniforme que él.
—Oh mierda —oí susurrar a Jake, la verdad era que ahora me encontraba confundida, los hombres parecían dirigirse justo hacia nosotros. En cuanto llegaron a donde estábamos nosotros uno de los chicos volteó a Jake bruscamente y comenzó a colocarle unas esposas.
—¿Qué esta haciendo? —pregunté con preocupación al hombre obeso que parecía ser el líder de los de seguridad.
—Este chico, entró aquí de forma ilegal —dijo llevándose a Jake mientras yo le seguía los pasos— Él y otro le hicieron creer a la oficial en la puerta de embarque que había una bomba en el aeropuerto.
—¿Una bomba? —le pregunté a Jake, mientras era arrastrado de nuevo hasta el aeropuerto.
—Tonto Jayden —susurro Jake con los nervios de punta.
¿Jayden? ¡Oh dios mío! ¿Como es que no lo pensé antes? Nadie puede entrar aquí sin boleto, seguramente Jayden había ayudado a Jake a colarse aquí con quien sabe que locura.
Con paso decidido me fui detrás de los guardias, mientras mi mamá me jaloneaba para que me detuviera ¿Y ahora que?
—¿Qué ocurre mamá? —pregunté algo fastidiada sin apartar la mirada de la puerta por donde se llevaban al nerd.
—Vamos a perder el vuelo si no lo tomamos ahora —dijo mi mamá un poco amenazante— Vámonos, ese chico está loco.
¿Es en serio? Ahora mi madre estaba en contra de Jake. Pues ¿Saben que? No me importa, yo voy a ver que pasa con Jake y hacer todo lo posible para que no lo manden a la correccional juvenil. Obviamente después de eso lo mataré por pensar en un plan tan estúpido.
—Lo siento mamá, pero tengo que ir.
Me solté de su agarre y salí corriendo lo más rápido que pude, para evitar que me detuviera, ignorando sus múltiples llamados con mi nombre. Cuando ya estaba fuera del pasillo, logré preguntarle a una mujer hacia donde se habían llevado a Jake. Ella muy amable me dio las instrucciones necesarias y pude dar con un pequeño módulo policial a las afueras da la terminal. Abrí la puerta con rapidez y cuando entré lo primer que pude ver fue a un Jayden esposado discutiendo desde una silla con uno de los de seguridad y a su lado estaba Jake con la cabeza baja. Cerré la puerta y el silencio se hizo, todos me miraron.
—¿Quién eres tu? —preguntó una mujer con uniforme policial dirigiéndose a mi.
—¡Sofía! —Chilló Jayden emocionado— Sabía que Jake te detendría ¿Lo ve? Ella es la chica de la que le estaba hablando
Jayden se dirigió a la oficial de policía quien de inmediato cambio su mirada de él a mí.
—¿Tu eres la chica? —me preguntó y yo asentí no muy segura de lo que se refería. —Pues cariño, estos dos chicos están acusados de mentir sobre una bomba y poner en zozobra a la policía de nuestro país. Si es que no son terroristas.
¿Qué mierda? ¿Cómo pueden decir que Jayden y Jake son unos terroristas? Si ellos no matarían ni a una mosca, son muy flacos para asesinar a alguien.
Que mala eres Sofía.
—Pero por dios estos chicos solo querían detenerme —dije intentando hacer algo para salvarlos.
—Además esos ni siquiera son crímenes fiscales —Habló Jayden y yo le lancé una mirada de advertencia para que se callara.
La oficial, miró en su computadora quien sabe que y luego nos volvió a mirar con recelo. Juro que mataré a este par si es que salimos de esto, bueno solo si mi madre no me mata antes.
—Tienen suerte de que todo haya sido una broma —hablo la oficial— porque sino ya estarían en la correccional del estado de Washington. Pueden irse, quítenles las esposas.
Grité emocionada y me acerqué a Jake que por fin levantó su mirada sonriente, lo abracé mientras que un oficial le quitaba las esposas y cuando por fin estuvo libre mi nerd me devolvió el abrazo.
—Pero no crean que se van ilesos —volvió a hablar la oficial y nuestras caras se giraron rápidamente hacia ella.
—¿Ah no? —preguntamos los tres a la vez y ella negó.
—Deben firmar un informe policial, para que esto no se repita.
Después de firmar y jalar a Jayden fuera del pequeño módulo para que dejara de pelear con la policía, me paré en la acera frente a los dos chicos lanzándoles una mirada muy severa, en realidad no estaba molesta con ellos, pero quería que supieran que lo que habían hecho estuvo muy mal, bueno ya la policía dejo eso muy claro.
—¿Qué dirán en su defensa? —pregunté con lo brazos cruzados.
—Todo fue su culpa —Habló Jake primero señalando a Jayden.
Jayden abrió la boca sorprendido y puso su mano en su pecho con fingida indignación. Juro que es lo más homosexual que le he visto hacer en mi vida.
—¿Sabes qué? —Se dirigió a Jake— No vuelvo a ayudarte en tus locuras de enamorado.
No aguanté más y me eché a reír, estos chicos si que estaba locos, pero todo lo han hecho por juntarme con mi querido nerd y eso vale toda las locuras del mundo. Ignorando a un molesto Jayden me acerqué a Jake y pose mis brazos por detrás de su cuello. Él sonrió y me apegó más a él posando sus manos a ambos lados de mis caderas.
—Nunca te creí capaz de hacer esas cosas por mí —hablé sintiendo nuestros alientos mezclarse entre el frío de Seattle. Jake no respondió, solo sonrió y pegó sus labios contra los míos.
Nuestro labios danzando juntos y nuestro ojos cerrados, daban a entender que nos queremos mucho y así es, yo amo a este chico y no habrá nadie que me separé de él ahora, sentí su lengua pasarse por mi labio inferior y de inmediato abrí mi boca para darle paso a un beso mucho más apasionado. Nada me separaría de él ni ahora ni nunca, bueno a excepción de Jayden.
—Pueden dejar de intercambiar saliva y prestarme atención un momento.
—¿Qué quieres? —Preguntó Jake molesto y yo sonreí.
—Primero no seas malagradecido porque yo te ayudé a que estés besuqueando en este instante —Dijo Jayden amenazante— y segundo quiero preguntar ¿Quién es esa señora que viene directo hacia nosotros? ¿Ustedes la conocen?
Jake y yo nos miramos y luego giramos la vista a donde Jayden señalaba y ahí venía mi madre con la cara más enojada que le he visto poner en mi vida.
—¡Sofía McGrath! Acabamos de perder nuestro vuelo por tu culpa espero que tengas una buena explicación de todo esto.
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Mi Querido Nerd #1 (EDITANDO)
Teen FictionLos chicos en la preparatoria podían llegar a ser muy crueles y la prueba viviente de eso era Jake Wilson, un chico maltratado, humillado y discriminado por la mayoría de los estudiantes de la preparatoria Johns. Todos se burlan de su cara de pánico...