Poesía En Tu Cuerpo

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Como la luna,
la cual ilumina con hermosos destellos,
iluminaste la noche con el brillo de tu piel.

¿Quién no querría serle fiel a un lucero radiante y bello?

Tan solo soy un plebeyo y tú, mi princesa Ariel.

Déjame ser la pintura que se expanda por tu lienzo,
déjame ser el inmenso cielo de un atardecer,
déjame ser el placer que se esconde entre tu alcoba
para hacerte mil maromas tras un ardiente anochecer.

Hoy serás mi pentagrama y yo tus notas musicales,
creando una sinfonía melódica,
al compás del corazón.

Oigo el cantico de tu voz mientras cruzo por tus valles.

Me interno en tu cordura para perder la razón.

Llanuras y montes observo entre tu cuerpo.

Si el tiempo va de prisa, pongámosle stop.

Conviérteme en el robot qué analice tu figura,
hasta transformarme en la locura que navegue en tu interior.

Somos dos piezas que encajan a perfección
en el rompecabezas de pasión desenfrenada.

Silencio,
no digas nada,
deja que hable tu sudor
mientras aumenta el calor
del fuego junto a tu almohada.

Eres amazona dominando mis sentidos.

Hazme sentir vivo atrevida doncella.

Marca en mí tus huellas con pecados delictivos
y elige la posición en que quieres ver las estrellas.

Soy Tarzan entre tus lianas cuando entrelazo mis dedos
entre tus cabellos y prenso con delicadeza.

Eres el hada encantada y traviesa que cumple mis deseos
cuando hago realidades fantasías de su cabeza.

Apriétame fuerte y no me sueltes,
cabalga hacia el oeste,
has que te arreste.

Transfórmame en villano.

Posa en mis tus manos,
hazme despegar del mundo;
ponle a mis caricias rumbo mientras nos besamos.

Te tengo tan cerca que mi sombra te da sombra.

Pongamos romanticismo a este amor,
Como aquel amor en la cancion de Arjona
que nació sobre una alfombra.

Hiciste tu abracadabra,
mi persona se asombra
al ponernos salvajes como en las cincuenta sombras.

Mi espíritu fluye en el templo de tu vientre,
quizás soy un demente por cometer sacrilegio.

Te miro,
veo el reflejo de dos almas que de igual manera sienten
un deseo indecente reflejado en el espejo.

Dibuje mi arte en el arte de tus besos
cuando erice tu piel y conocí tu furor.

Le devolviste la vida a la pasión que había muerto.

Hice poesía en tu cuerpo mientras te hacia el amor.

20 InviernosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora