Preludio: El lamento de lo perdido

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¿Qué es el amor sino un juego de azar, donde apostamos nuestro corazón y esperamos ganar?

¿Qué es la querer sino una ilusión, donde vemos lo que queremos ver y no lo que es en realidad?

¿Qué es el enamoramiento sino una locura, donde perdemos la razón y nos dejamos llevar por la pasión?

El amor es todo eso y más,
pero también es un arte,
que requiere de cuidado, respeto y paciencia.

El amor es una obra maestra,
que se construye con esfuerzo,
dedicación y creatividad.

El amor es una joya,
que se valora por su brillo,
su pureza y su rareza.

Pero no todos saben apreciarlo,
ni mucho menos conservarlo.

Algunos lo maltratan, lo desprecian y lo abandonan.

Otros lo engañan, lo mienten y lo traicionan.

Hay quienes lo destruyen, lo rompen y lo olvidan.

Y cuando se dan cuenta de lo que han perdido, ya es demasiado tarde.

El amor se ha marchado,
y solo queda el vacío.

El amor se ha cansado,
y solo queda el silencio.

El amor se ha muerto,
y solo queda el dolor.

Este era mi caso, por ello narro con nostalgia, culpa y remordimiento.

Al final, tuve que reconocer que fuí el mayor culpable de la ruptura, por no saber valorar a su compañera.

Le hice daño con mis palabras y acciones,
le quité las alas y la dejé caer.

Me arrepiento de todo lo que hice y de todo lo que no hice, pero ya no hay vuelta atrás.
Ella se ha ido, y no volverá.
Ella me ha olvidado, y no perdonará.
Ella ha cerrado el corazón, y no me dejará entrar.

Él busqué una salida, una esperanza, una luz, una palabra, una caricia, un beso, una segunda oportunidad, un milagro, un sueño.

Pero no la encontré, ni la tendré.

Porque el amor no se recupera, ni se repite. Porque el amor no se ruega, ni se impone.
Porque el amor no se compra, ni se vende.

Y ahora solo le queda llorar, sufrir y lamentarse. Ahora solo le queda escribir, cantar y expresarse. Ahora solo le queda recordar, soñar y fantasear.

Con lo que fue, con lo que pudo ser, y con lo que nunca será.

20 InviernosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora