Capitulo 12

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  — ¡No!— grito por décima vez

— ¿¡Por qué gritas!?— exclama el chico frente a mi

— ¡Porque eres un maldito idiota!

—¡Deja de mamadas y responde la maldita pregunta!

— ¿¡Que mierda te importa!?—exploto nuevamente

— ¡Deja de gritar!

— ¡Entonces tú deja de provocar que yo grite!

Me toco el pelo frustrada, mientras doy vueltas por la habitación como un maldito gato encerrado, que es como me siento ahora. 

—¿Podrías dejar de moverte?— escucho su voz y de inmediato me giro en su dirección

—Deja de ordenarme lo que debo o no debo hacer en mi endemoniada casa, con mi desastrosa familia, pero por sobretodo para con lo de ordenarme lo que hago o no hago con mi puta vida.

Tomo la silla de escritorio y me siento frustrada sobre ella. 

Subo mis piernas a la silla y las abrazo poniendo ahí mi cabeza. Llevo horas discutiendo con un simio al parecer que no consigue entender que no puede meterse en mi maldita vida. 

—Solo dime.....

Al escuchar su voz mi cabeza se alza de inmediato clavando mis ojos en los de él. 

—No—digo cortante

—  No sabes lo que voy a decir.....

—Dirás lo que llevas repitiendo por horas y no, no te daré esa respuesta, no te la debo y tu a mi tampoco, yo no te pregunto nada y tu no lo haces, así de sencillo—digo esta vez con voz cansada—, cortale al rollo y vete de mi habitación. Ahora

Veo como su mirada se vuelve triste, pero de igual manera lo observo levantarse de mi cama y hacer su camino hasta la puerta. Observo atenta como pone su mano en el pomo de la puerta pero no lo gira, solo esta ahí, de pie, inmóvil sin hacer nada y yo cada vez más frustrada al no saber que hará. 

Mi cuerpo por inercia se levanta y va hasta donde se encuentra su cuerpo, mi mano sube al pomo y lo gira abriendo así la puerta. 

Subo mi mirada a la suya y veo como me mira con inseguridad, como si quisiera decir algo pero no se atreve, como es tan inseguro para añadir otra cosa más a su patético discurso anterior. 

Abro por completo la puerta y desvío mis ojos de los suyo para asi aclararme la garganta mientras mi cuerpo es enviado por una fuerza invisible, lejos del suyo. 

— Vete 

Observo como su cuerpo vuelve nuevamente a la vida y me dedica una última mirada antes de salir y dejarme ahí, con el corazón en la boca y las malditas ganas de correr tras el y explicarle bien lo que paso. 

Obligo a mi dignidad a cerrar la puerta y no mirar atrás. Vuelvo a mi cama y me lanzo sobre esta tratando de calmar mi alocado corazón. 

Busco con mi mirada mi móvil, hasta encontrarlo encima de mi mesita de noche. 

Me acerco al aparato de forma lenta y temblorosa. 

Cuando esta en mis manos, solo soy capaz de llamar a una persona que entenderá mi situación. 

Lauren Bae:D

Te necesito. Ahora 

¿Estas bien? 

Solo ven, por favor. 

Bloqueo el móvil y vuelvo a recostarme en mi almohada. 

El novio de mi hermana (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora