El novio de mi hermana (Shawn Mendes)

Capitulo 5

Llevaba menos de 10 minutos en mi habitación y tenia la misma sensación de siempre.

Ir a mi estudio.

Pero hoy era mucho mas que antes, quería correr y poner mis manos sobre algún lienzo o buscar alguna de mis croqueras para así poner este remolino de ideas en mi cabeza.

Tranquila —me decía esa voz pacifica en mi cabeza.

—Al diablo—susurre y salí corriendo como si el mismísimo satanás me siguiera y corrí hasta el primer piso.

Pase de largo corriendo frente a lo chicos, incluido Shawn, pero no me importo, necesitaba poner mis manos y mi cabeza a trabajar.

—¡Boris!—escuche a alguien gritarme pero lo ignore y corrí aun mas rápido.

Llegue a la puerta de mi paraíso personal y entre tomando mi croquera y lápiz a carbón.

Me senté en el sofá junto a la ventana con vista al bosque cerca de casa. Alcance el control remoto de mi estéreo y presione play, comenzando a sonar Wings de Birdy.

Mis manos se movían solas por encima del papel y me sorprendió un poco. Estas seguían trazando lineas al azar y poco a poco, esas lineas fueron tomando forma.

No era un rostro, eran manos. Seguí con mi trabajo, trazando lineas, dando sombra.

Y al rato estaba listo, sabia lo que eran, pero lo que me asusto, fue que sabia de quien eran esas manos y como por él la inspiración llego.

Mire el dibujo dejando a un lado el lápiz a carbón. Lo aleje un poco y sonreí.

Era exactamente a como lo había visto.

Eran unas manos.

Tocando una guitarra.

Eran las manos de Shawn.

Tocando su guitarra.

—¿Que es eso que tanto te hace sonreír?—pregunto alguien haciendo que cerrara de golpe la croquera y abriera mis ojos a tope, para posar mi vista en la puerta de mi estudio.

Era Shawn.

Oh Shit—dijo esa vocecita en mi cabeza.

—Casi me matas—digo poniendo mi mano en mi pecho.—Dios, debes comenzar a marcar presencia, enserio casi muero.

—Lo siento—dice con arrepentimiento.

  — Ya esta— digo volviendo a respirar y re-acomodándome en el sofá.

—Y dime ¿que es eso que saca esa sonrisa en ti?—pregunta y el nerviosismo abarca mi cuerpo.

—Nada—digo evitando sus ojos.

—¿La nada te hace sonreír?—pregunta— , whoa, te gusta la felicidad sencilla.

—Algo así—le miento descaradamente.

—Bueno, solo te venia a decir que ya llego el chico de las Pizzas.—sonríe de manera cerrada. 

Aun medio aturdida, dejo mi croquera encima de todas las otras, que a diferencia de la actual , las demás están completamente llenas de dibujos, y comienzo a caminar hacia la puerta.

—Voy a cerrar— le aviso mientras tomo las llaves de la puerta— , adelantante, altiro voy.

—Bueno—dice sonriendo y comienza a caminar.

Suspiro notablemente y me giro a cerrar la puerta de mi estudio.

—Supieras que tu eres mi nada, cuando estoy pensando en todo—susurro bajito, con la vsta clavada en la cerradura.