El novio de mi hermana (Shawn Mendes)

Capitulo 9

—¡Cameron Alexander Dallas!—grito mientras corro por las escaleras—¿¡Donde coño estas!?

Llego al segundo piso ignorando la mirada curiosa que me dan Sammy y Shawn al pasar por su lado y entro directamente al cuarto que comparte Cameron con los chicos.

—¡Alexander!—grito. 

Debo parecer desquiciada. 

Miro a mi alrededor y al único que encuentro es a Nash mirándome con los ojos abiertos como si en cualquier momento lo fuera a atacar.

—¿En donde esta? —pregunto acercándome a él, provocando que este comience o intente retroceder. 

—Dijo que iba a tu habitación......

No dejo que termine la oración y salgo al pasillo nuevamente, pero esta vez termino en el suelo, encima de alguien.

—Auch —escucho.

Ignoro el mareo de mi cabeza y me levanto para observar a Cameron bajo de mi con una mueca de dolor.

—¡Cam!—grito y lo abrazo.

Ríe en mi cuello y me abraza de vuelta. Me paro y le ofrezco mi mano para ayudarle a él. Veo como se para con dificultad y recién me percato de que le he hecho mas daño.

—Lo siento—digo arreglándole la camiseta que se la había subido un poco—, ¡mierda!, lo siento, lo siento— repito y lo vuelvo a abrazar nuevamente.

—Tranquila—dice abrazándome igualmente.

—¿Porque no me llamaste? — pregunto separándome del abrazo

—Porque no quería despertarte—dice con cara de obviedad.

—Seras imbécil—digo pegando-le un zape— , podría haberte ayudado y así hubieras evitado un casi suicidio idiota—digo, volviendo a golpearlo

—Ya pasó—dice

—Ajá—digo cruzándome de brazos

—No fue para tanto—dice tratando de restarle importancia

—Déjame ver y yo te diré si fue para tanto o no—digo apuntándolo con mi dedo

Niega con su cabeza pero de igual forma se levanta la camiseta blanca con negro y muestra un costado de su abdomen, el cual esta morado con algunos raspones y algunas partes mas verdes.

A pesar de tener ese lado completamente hecho mierda, no puedo evitar que mis ojos se desvíen por un momento a su marcado abdomen y a su oblicuo provocando que todas mis malditas hormonas de adolescente se alteren.

Retiro rápidamente la mirada y me centro en la herida.

—¿Sabes que eres un idiota verdad?—digo y acerco mi mano para poder rozar la herida.

—Lo sé—dice y a pesar de no estar viéndolo, se que sonríe.

—¿Sabes que deberías por lo menos echarte una cremita o se te infectara o peor aún, no se ira lo morado?

—Lo sé—dice y baja nuevamente su camiseta— , es por esa razón que te andaba buscando, para ver si me podías ayudar con esto.

—Claro—sonrío y tomo su mano.

Nos dirijo a mi habitación y una vez allí, junto la puerta antes de introducirme al baño de mi habitación y sacar un botiquín de primeros auxilios y un par de cremas especiales.

—Siéntate en la cama o en la silla—le ordeno— , lo que te parezca mas cómodo.

—La cama—dice y sonríe subiendo y bajando sus cejas