Missing [En Edición] (Completa)

El ángel fantasma

La brisa fresca le hacía recordar el motivo por el cual se hallaba corriendo de regreso hacia el Ice Castle. Un cuaderno olvidado dentro de la pista de hielo. La puerta abierta de par en par indicaba que todavía no cerraban.

Yuuri Katsuki corrió al interior, precipitándose a la pista para ver lo que había dejado olvidado, aliviándose enormemente por haberlo encontrado, pero al alzar la vista al manto cristalizado donde comúnmente practicaba, se encontró con algo que no esperaba ver.

Patinaba con gracia y soltura envidiable, con un cabello plateado que hacía recordar a la vía láctea, llena de estrellas, bajo la luz de la luna que se colaba entre los ventanales del lugar.

"Es un ángel"

Pensó Yuuri Katsuki, quedándose quieto desde su lugar, conteniendo la respiración, temiendo que, al exhalar, la figura angelical que veía se desvaneciera con ese simple acto.

"¿Quién estaría en una pista de patinaje a esta hora?"

Se preguntó Yuuri, recordando una historia que el encargado del lugar les había contado a todos los chicos que iban a practicar ese día

<<Hace mucho tiempo, una chica, candidata a participar en los juegos olímpicos japoneses, murió en la pista hielo. Durante varias semanas acudió a la pista para poder perfeccionar su rutina, pero cierto día, entrenó hasta altas horas de la noche, llena de cansancio, se recostó sobre la banca de entrenamiento y el encargado de aquel entonces, creyó que la chica había abandonado el lugar, así que cerró, sin percatarse de que ella continuaba ahí. El lunes que volvieron a abrir el lugar la chica ya no respiraba. Las bajas temperaturas habían hecho mella en su cuerpo, muriendo por una hipotermia severa>>.

Fueron sus palabras exactas. Yuuri se puso azul al recordarlas.

La adrenalina recorrió todo su cuerpo, dispuesto a huir del lugar o luchar. La primera opción era la más viable, pero pese a eso sus ojos se negaban a apartar la vista de esa figura, quien realizaba un tooe loop triple, seguido de un cuádruple, sin ninguna dificultad.

Yuuri estaba seguro de haber abierto la boca cuando lo vio realizar dicho movimiento, desbordando elegancia y belleza. Fue tanta su admiración hacia esa figura, que, en un descuido, dejó caer el cuaderno, haciendo eco por todo el lugar.

"Maldición". Pensó, para recoger el cuaderno y salir a toda prisa para no ser descubierto por lo que sea que fuera esa figura, estando aterrado por semejante descuido. Su corazón palpitaba tan fuerte que por un momento creyó que se le saldría del pecho, por la carrera que estaba dando.

Una vez en su hogar y encerrado en su cuarto, se colocó debajo de las cobijas, como si eso le fuese a asegurar protección contra lo que había visto. Pasados unos minutos, se bajó de la cama con todo y cobija y se asomó por el largo pasillo que se extendía frente a su habitación, encontrándolo vacío, con la suave brisa refrescando la noche. Su primer pensamiento se situó en lo absurdo que se veía haciendo eso teniendo 14 años, pues había escuchado que los fantasmas pueden seguir a quien sea cuando son descubiertos, así que tenía que asegurarse que ra mera palabrería.

Suspiró aliviado y cerró la puerta de nueva cuenta, intentando enfocarse en sus deberes escolares, siendo en vano. En el instante en que abrió su cuaderno, la figura de aquella patinadora seguía en su mente, sin algún indicio de querer alejarse de su pensamiento. Se quedó mirando el techo largo rato y después de rememorar todo lo que sus ojos vieron, decidió finalmente terminar con sus deberes, lo cuales finalizó después de un tiempo.

Cerro el cuaderno, apagó las luces y se recostó en su cama, soñando con la patinadora y su sorprendente rutina de saltos.

El día siguiente llegó y con ello el ir a la escuela. Yuuri asistía a la escuela media del distrito, Tomando a diario un tren que lo dejaba a unas calles del instituto. Durante el camino, se encontraba a sus amigos de la infancia, Yuko y Takeshi, quienes eran mayores que él y tomaban el mismo tren. Yuuri no había dicho nada sobre el incidente con la figura de la patinadora, ya que supuso que sus amigos querrían ir a comprobar su historia.