Pistas

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Abrió los ojos y parpadeó despacio. Trataba de ubicar el lugar donde se encontraba, pero solo veía oscuridad a su alrededor. Intentó moverse, descubriendo que se encontraba atado de pies y manos. Se asustó, mientras palpaba la superficie donde se encontraba. Era suave y mullida. Supuso que se trataba de una cama. Se movió un poco, tanteando en la cama, hasta que escuchó un ruido proveniente tras él. Yuri se quedó quieto, buscando alrededor, intentando encontrar una fuente de luz para que pudiese descubrir lo que estaba detrás de él.

Dio un respingo cuando algo suave se frotó contra él. Llevó su mano cerca de donde sintió algo suave. Además de ser suave, hacía un ruido gracioso.

Yuri suspiró aliviado, se trataba de un gato. Un gato que necesitaba atención.

No supo por cuanto tiempo estuvo acariciándolo, mientras pensaba en donde se encontraba. Lo último que recordaba era que alguien lo había empujado mientras intentaba defender a Minako-sensei. Fue empujado y su cabeza golpeó con violencia el muro. Después de eso todo fue oscuridad.

Todo estaba bien hasta que escuché unos pasos en la habitación y las luces se prendieron, iluminando la estancia. Cerré mis ojos por inercia, ya que la luz era muy fuerte.

Al instante sentí que me vendaban los ojos.

—Me alegra que despertaras, Yuri Katsuki – Había hablado la persona que me había colocado una venda.

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda cuando esa persona besó mi mejilla.

— ¿Cómo sabe mi nombre? – pregunté, sintiendo que besaba mi cuello, y acariciaba mis muñecas

—Yo te conozco tan bien como ese estúpido detective Scott o el idiota de Viktor Nikiforov – escuche que dijo, mientras acariciaba mi espalda y piernas. Eso me alertó, así que intenté alejarme de él un poco, quería llorar, pero sabía que eso sólo empeoraría mi situación. Debía estar alerta, no dejarme invadir por el miedo o hacer algo que pudiera enfadar a ese sujeto.

—Me encantaría hacer cosas malas contigo en este instante, pero te necesito con vida, lindo niño – dijo el hombre, mientras me abrazaba – Te pareces tanto a él, tienes su misma complexión y el mismo carácter, tranquilo y tímido, eso me encanta de un chico como tú, es una lástima que mis compradores en el mercado de chicos lindos de la internet no estén interesados en ti, dicen que eres demasiado común y un japonés promedio – le escuché decir. Su voz era un poco melodiosa y con un tono grave. Parecía que le divertía el decirme todo aquello. Por alguna razón me aliviaba ser común en estos momentos.

—¿Le recuerdo a alguien? – pregunté, armándome de valor, en un intento por saber quién era. Había mencionado al detective Scott y a Viktor, así que de algún modo los conocía. Tendría que ser alguien conocido. Alguien conocido que me había visto con Viktor y Scott. Pero había algo raro. Sólo había estado con Scott en la torre Eiffel, y con Viktor, pero nadie, salvo el detective Scott podían ver a Viktor. No pude haberlos conocido antes, ¿verdad?

Eran los pensamientos que inundaban a Yuri, quien pensaba a velocidad luz quien podría ser quien lo estuviera abrazando. Nadie acudía a su mente. Hasta que un hombre de cabello rubio y ojos verdes apareció en su mente. Yerik Plisetsky. El hombre que había visto en el elevador cuando fue a inspeccionar la habitación de Viktor. También recordada haberlo visto vagamente en la torre Eiffel. Quizás era él. No podía saberlo con exactitud, pero tenía un presentimiento.

—Sí, me recuerdas mucho a mi hermoso Allen, un patinador más joven y amigo de Nikiforov, mi dulce y amado Allen, iba a regresarlo con vida, Yuri Katsuki, no iba a hacerle daño, después de todo estábamos saliendo a escondidas de Scott – escuché, mientras lo sentía alejarse.

Missing [En Edición] (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora