Dolor, rabia y lágrimas saladas

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Scott había pasado la mayor parte del día fuera, recibiendo las pistas para que pudiera atrapar al sujeto. Mi amigo suizo, Christophe Giacometti, un gran hacker y patinador, esta vez Cris no había podido participar en el Grand Prix por deberes escolares y porque su amigo, Masumi no podría acompañarlo, así que Cristh había decidido no participar esta vez.

Aprovechando que no estaba aquí y Cris tenía un gran talento para las computadoras, le pedí ayuda para que encontrara información acerca de Scott, Yerik, Celestino y Cristopher Proulx. Mi amigo suizo encontró información sobre todos ellos, pero muy poco sobre el entrenador Proulx. Encontré datos interesantes sobre Scott, cómo, por ejemplo, ser representante de Rusia en el Grand Prix de hace 6 años, llegando a romper tres récords, mejor puntuación en programa corto, libre y puntuación más alta en ambos programas. No sabía ello, pero era interesante que Scott haya tenido que ver con el patinaje y haya sido reconocido como un patinador talentoso. Si barba azul tenía que ver con Scott, debió hacer algo que le molestara. Pero no me imagino que puede ser eso.

Un mensaje llegó a mi bandeja de entrada. Era de mi amigo.

<<Encontré esto en la deep web, muéstraselo a la policía>>. Decía el mensaje

Abrí el vídeo, en él se mostraba el patinador Luchiano, drogado, caminar por una habitación llena de sujetos. Lo estaban vendiendo al mejor postor. En un documento aparte, venía la dirección IP y el nombre del comprador. Tenía que mostrárselo a Scott.

Sin tardanza lo llamé, esperando que contestase

—Viktor, ¿A qué debo tu llamada?, estoy en los campos elíseos, llegaré apenas termine de encontrar la última pista que me dejo ese sujeto

—Scott, es el patinador Luchiano, mi amigo lo encontró siendo subastado en la Depp Web, encontró al comprador y su dirección IP, mi amigo me envío un vídeo, ¿qué hago? – preguntó Viktor angustiado, con el celular en mano y la computadora en las piernas.

—Entrégalo a la policía con el mensaje de patinador perdido. Descarga lo que tu amigo te envío y déjalo con mi secretaria, llegaré en la tarde, cuídate, Viktor – se despidió de mí, colgando el teléfono.

Rápidamente descargué el vídeo y guardé el archivo en un CD, intentando no dejar mis huellas. Cogí la bufanda de Yuri, la correa de Makkachin y salí a la estación de policía.

Pronto encontraríamos a Yuri, estaba seguro de eso. Esperaba que no fuera vendido o le hicieran daño y seguramente esperaba que Scott cometiera un error para hacerle daño a Yuri. Tendría que esperar, y eso me estaba matando lentamente. Esperar que ese sujeto se dignara a liberar a Yuri y al otro patinador. Era desesperante. No saber si Yuri estaba bien, o a salvo. Sólo debía esperar y rezar para que todo saliera bien y ese sujeto cumpliera su promesa de liberarlo en cuanto Scott hiciera lo que demandaba.

Llegué a la estación de policía y crucé un par de palabras con Esvetlana, dejando el CD en su escritorio y me alejé lentamente de la estación de policía, pasando por un parque para pasear a Makkachin y relajarme un poco. Pensaba en Yuri, en cómo estaría, que estaría haciendo, si le daban comida, si dormía bien o estaba asustado. Yuri era listo, sabría qué hacer en un momento de peligro. Era muy cauteloso. Me senté en una banca del parque, analizando la información que tenía hasta ese momento. Yerik y Scott eran patinadores. Y por lo que le había contado Yerik, Scott también patinaba hace muchos años atrás. Allen era patinador también. Yerik le había dicho que Scott había abandonado el patinaje por su carrera como detective. Eso significaba que Barba azul sabía que Scott era detective, y no sólo eso, sino que también tuvo que saber que estaba en el caso del secuestrador de niños.

Missing [En Edición] (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora