Watson tenía en sus manos aquel archivo llamado "Jones, Samara". Estaba sorprendido ante lo que veía y Mycroft solo sonreía con un increíble cinismo.
—¿Qué diablos...? ¿Cómo diablos lo...? —preguntó asombrado y sin terminar sus frases.
—Ábralo —ordenó. Sin dudarlo John le obedeció y con mucha desesperación abrió el archivo. Sacó demasiadas hojas junto a unas cuantas fotografías, las colocó sobre la mesita y comenzó a extenderlo como un completo demente—. Tranquilo Doctor, los papeles no se irán a ningún lado.
John alzó su mirada, le vio con grato asombro y Mycroft mantenía esa sonrisa y con su maldito descaro, dándose los aires de un ser todopoderoso. Típico en él.
—¿Qué es lo que sabes, Mycroft? —preguntó John al agachar su mirada ante todos los papeles y exploraba cuál tomar primero.
—En cuanto me mencionó el nombre de la pequeña, y que posee la misma cualidad que nos define a Sherlock y a mí, supe que era referente al asesinato de Northampton — Watson tomó una de las fotografías y visualizó a una hermosa mujer de larga cabellera castaña y ojos marrones. Eran similares a los de la pequeña Bell—. Probablemente Sherlock este como loco buscando información en los periódicos o con sus amigos de Scotland Yard, pero, respecto a ello, me temo que no encontrara nada.
—¿Por qué? —escudriñó extrañado al quitar sus ojos de la fotografía y posarlos en Mycroft.
—¡Oh, Doctor Watson! —Exclamó luego tomó su taza de té—. Espero y tenga tiempo para escuchar una pequeña historia.
Mientras tanto en el 221B de Baker Street, Sherlock salía de su habitación y caminó directo al living room. Al arribar y con una enorme sorpresa apreció a la niña quien estaba sentada en el suelo y con un montón de periódicos a su alrededor. Percibiendo la presencia del detective, Bell volteó y lo miró ahí, inmóvil, observando el caos en el que ella se encontraba. Sin nada más que hacer retomó la vista a los periódicos y continúo moviendo las hojas. Sherlock se acercó hacia donde estaba la pequeña y sin dejar de vigilarle.
—Creí que estabas con la señora Hudson —habló de repente. Ella movió la cabeza negando sus palabras—. ¿Qué haces? —cuestionó tan entrometido como molesto.
—Ayudo —respondió y aventó un periódico hacia Sherlock, este se hizo a un lado para esquivarlo y al caer el papel al suelo él suspiró amargamente.
—Tu ayuda sería buena, si dijeras con detalle que fue lo que paso —mencionó molesto, pero ella le ignoró y al darse cuenta, volvió a suspirar con esa amargura y rodó sus ojos.
Sherlock caminó hacia su tan amado sofá y distinguió que en el suelo estaban los archivos que Lestrade le había brindado un par de horas. Un tanto serio, Sherlock se agachó para tomarlos, poder leerlos y buscar más información con respecto al caso.
Teniendo todo en sus manos tomó asiento y en ello sacó del bolso de su pantalón su teléfono móvil. Notó si tenía algún tipo de mensaje, pero no había recibido nada. Algo desesperado marcó el número de John y escuchando el primer tono rápido cortó al buzón de voz. Al escuchar la tan estúpida grabación que tenía, Sherlock dejó el siguiente mensaje.
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La Niña que llegó al 221B de Baker Street. 【E D I T A N D O】
FanfictionIsabelle es una niña pequeña que, por desgracia, presenció el asesinato de su madre. En aquel momento, oyó al asesino mencionar el nombre de Sherlock Holmes. Gracias a ello, emprende su búsqueda para resolver el homicidio de su madre. Isabelle entra...