Lunes 30 de Enero 2016
Lentamente abrió los ojos, respiró un olor a colonia de bebé impregnado en el aire y las sábanas. Instantáneamente esbozó una sonrisa recordando porque en ese preciso momento, alguien estaba apoyado en toda su cara y jugaba divertidamente con su nariz mientras balbuceaba y trataba de hablar solo. Taylor y Mathew estuvieron de acuerdo y acertaron, no hubo mejor idea que dejarle la noche pasada Daniel a su tía Lauren. Aquella criatura y su inocencia conquistaban su corazón y le hacía olvidar las penas que estaba viviendo. Era increíble como la ojiverde se dejaba manipular la cara por aquel niño que trataba de moldearla a su gusto, amaba a su sobrino como si fuera su propio hijo. De pronto la sonrisa se desvaneció de su cara al pensar en la idea de formar en un futuro una familia, amaba a los niños pero para eso debía encontrar a la mujer de su vida. Le dolía pensar en eso cuando en esos momentos Camila había conquistado su corazón y sus sentidos de una forma tan inusual, como ninguna mujer jamás pudo hacerlo, aunque lamentablemente la morena fuera a fallecer.
Lauren: ¿Sabes bebé? –el niño se enderezó y la miró atentamente como si la entendiese, abriendo sus ojitos- suena de lo más egoísta pero no quiero que tía Camila se vaya de nuestro lado –era como si Daniel captara la angustia de sus palabras, acercó su carita al rostro de Lauren y mordió fascinado sus pómulos sin dejar de decir "lalalala"- desearía que estos dos meses fueran eternos.
Era angustiante saber que el estado de Camila seguía igual, no despertaba y había perdido 2 kilos en tan solo 4 días de inercia e inconsciencia. Aún no había señales del paradero de Sinu o noticias de los hermanos Edwards, tampoco había estado en condiciones de aceptar otra vez el trabajo en la clínica porque su mente sólo estaba ocupada en sus amigos y en su pequeña. Estaba pensando con los ojos cerrados hasta que un sonido de dudosa procedencia hizo estallar en risa a Daniel y a Lauren, había que mudar al bebé.
Después de estirarse y levantarse de la cama, tomó a su sobrino para llevarlo al baño y mudarlo en una mesa especial para ello. El niño se mordía la mano en forma de puño, mirando fascinado los ojos verdes de Lauren.
Lauren: Eres increíble Daniel, gracias por darme un poco de la tranquilidad que me falta, gracias pequeño -besó la planta de sus pequeños piececitos hasta que el sonido de su teléfono personal captó su atención. Justamente había terminado, así que tomó a Daniel y con él en brazos caminaron de vuelta en la habitación- ¿diga?
Shawn: ¡Lauren! –Parecía eufórico y totalmente fuera de sí- Ven de inmediato a la clínica, ¡Camila ha despertado!
Y como si fueran las palabras precisas y secretas de un conjuro o la llave mágica a otro mundo, los ojos se le llenaron de lágrimas rápidamente.
Fue en cosa de segundos que se vistió, tomó a su sobrino, sacó las llaves de su auto y partió de inmediato a la clínica riendo bobamente. Claro, antes había tomado la precaución de sentar en un asiento para bebés a su sobrino en la parte trasera pero eso no quitaba que la ansiedad fuese de niveles altos. No podía creerlo, a la mierda si no la dejaban entrar, lo haría igual porque nadie le devolvería las noches que no pudo dormir, las horas de llanto solitario en su casa. ¡Como la quería de vuelta! Estaciono el auto y tomó a Daniel para correr por las escaleras de emergencia hasta que llegó donde se encontraba Shawn casi al borde del llanto de alegría
Shawn: Lauren ¡está despierta! –ambos se abrazaron como si se conocieran de toda la vida- llegué temprano y lo primero que me dijo una enfermera fue que cuando entró, vio a Camila con los ojos abiertos mirando la puerta. Hola pequeño –se inclinó para acariciar la cabellera del bebé, quien sonreía nada más- he llamado a Taylor, y a Diana.
De pronto salió el mismo médico de la otra vez, tenía su rostro tranquilo y estaba buscando a Lauren para comunicarle lo mismo que Shawn le había dicho antes. No importaba, no se aburriría jamás de escuchar que su Camila estaba despierta.
ESTÁS LEYENDO
Bitter Sweet Symphony {Adaptación Camren}
FanficCuando tenía 15 años, creía fielmente en el amor. Creía en la fidelidad de un hombre. Le atribuía todo lo bueno que un príncipe azul pudiera poseer, sin saber que ese hombre de príncipe no tenía nada. Él le prometió el cielo y la tierra, la luna y e...