Sus ojos verdes impregnados de angustia seguían clavados en la mitad de su pierna derecha que faltaba. Con sus manos tocó su muslo delicadamente, pero gimió aterrada cuando llego a lo que debía ser su rodilla, y que ahora sólo era el fin de su pierna derecha. La viga de metal que cayó desde el techo golpeó su pierna tan duramente que fracturó en varias secciones su tibia y peroné (desde la rodilla hacia el tobillo) además de que los huesos rotos atravesaran su piel, aquello se había convertido en una hemorragia que fácilmente pudo costarle la vida. El tejido se había infectado, produciendo necrosis y así, aunque su padre que era médico trató de ver alguna forma de salvarle la mitad de la pierna, se vieron en la obligación de amputarle aquella parte.
Para que no se dañara más, Camila le tomó el rostro con ambas manos para desviarle la vista de ahí. La ojiverde quiso gemir porque si una cosa tenía en común la Camila de sus sueños con la enfermera, era que ambas tenían la misma mirada dulce y compasiva. "Imbécil, esto es la realidad" Frunció el ceño sin saber que hacer pero tampoco pudo quitarle la vista de encima.
Camila: ¿Le cuento algo? Hay personas que no sobreviven y tener media pierna más o menos no la hace mejor o peor persona -esbozó una sonrisa pequeña- pero si tiene ganas de llorar, hágalo.
Lauren: -sólo atinó a poner una mano alrededor de su cuello como se lo había indicado anteriormente y sintió como ella la volvía a acomodar sobre la cama- Acaso... ¿acaso no me vas a llevar?
Camila: Lo siento, pero creo que no puedo arriesgar su salud, llamaré a Meyer, el "porter" para que la traslade en camilla. –Se dio media vuelta y fue hacia la salida pero volteó a mirarla un poco en silencio. Sin entender que le pasaba, ella se retiró de allí.
Lauren: A veces quisiera tenerte de vuelta. –Dijo con los labios temblando y luchando contra sus sentimientos. Sabía que necesitaría mucha ayuda psicológica porque no era normal amar a alguien que nunca existió. Sí, la persona en sí era de carne y hueso pero las circunstancias de vida no se parecían en lo absoluto- ¿Cómo mierda llegué a imaginar tu carita? –alcanzó un vaso con agua para saciar la sed, para tener una tranquilidad de la cual carecía.
XX: Soy Guido Meyer, tengo que llevarla a la unidad de neurología, necesitan ver si tiene alguna secuela.
.................
Martes 27 de diciembre 2015
En cuanto frenó el vehículo, algunos periodistas se agolparon cerca, porque sabían que esa persona podría darles algún tipo información sobre lo que se comentaba. Había rumores de que la paciente Jauregui presentaba un cuadro de estrés psicológico y que había intentado suicidarse con algunos cables. Cuando bajó del auto, se sacó los lentes de sol y los observó con su potente mirada. Conocía a su mejor amiga y sabía bien que cosas le pasaban, y aunque no soportaba todo lo que se estaba hablando, no estaba dispuesta a dar declaraciones a la prensa por respeto a la familia Jauregui.
XX: ¿Es cierto que llegó hasta un sector donde tenían los fármacos e ingirió un frasco entero?
XX: ¿Se podría decir que su amiga cayó en el delirio cuando se enteró que tenía media pierna menos, que su ahijado estaba muerto y que ha tratado de suicidarse más de 6 veces?
Molesta meneó el rostro y con ayuda de un guardia de seguridad logró entrar en el edificio. Había tratado de venir antes pero por el bien de la integridad de la paciente Lauren, nadie excepto sus padres podía venir a verla, por temor a que fueran periodistas. Realmente sufrió junto a los demás todo ese tiempo, pero en cuanto supo 3 días después que Lauren había despertado del coma, lo único que hizo fue dejar el trabajo para hacer un largo viaje hasta ahí. Sus amigos eran importantes y eso en el grupo lo tenían bastante en claro, la distancia no fue impedimento para comunicarse con ellos bastante seguido. Sonrió levemente al ver al famoso médico Mike Jauregui, aunque para ella sólo era el "Tío Mike", lo saludó con un abrazo, comprendiendo lo difícil que se había tornado la situación.
ESTÁS LEYENDO
Bitter Sweet Symphony {Adaptación Camren}
FanficCuando tenía 15 años, creía fielmente en el amor. Creía en la fidelidad de un hombre. Le atribuía todo lo bueno que un príncipe azul pudiera poseer, sin saber que ese hombre de príncipe no tenía nada. Él le prometió el cielo y la tierra, la luna y e...