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Guardé mi celular en mi bolsillo, me paré del sofá y caminé hacia la habitación que compartía con Saeyoung. Cuando llegué la puerta estaba cerrada, toqué pero no hubo respuesta. Abrí la puerta para encontrarme con una habitación completamente oscura.

-¿Saeyoung? - Pregunté mientras con mi mano derecha buscaba el interruptor para encender la luz. Al activarlo pude ver a Saeyoung, o mejor dicho, a la señorita Vanderwood. Me tomó al menos un segundo entender lo que estaba sucediendo, luego comencé a reír. 

-¡Mira lo que encontré! - dijo Saeyoung tomando los bordes del pequeño vestido de sirvienta. 

-¿N-no lo habías botado a la basura? - Hablé cuando pude respirar nuevamente. Me acerqué para tocar el pelo de la peluca roja

-Creí que Vanderwood los había tirado - Abrió un baúl que estaba a los pies de la cama, al agacharse pude ver su ropa interior, lo que me hizo reír más. Saeyoung se dio vuelta para mirarme y sonrió- Oh~ ¿Te gusta lo que ves~? - Dijo con una voz que intentaba sonar sensual. Sentía que me iba a ahogar sí no podía parar de reír. Pude sentir los pasos de alguien que entraba a la sala. Saeran me miró, luego miró a Saeyoung, me volvió a mirar y luego suspiró, con una expresión que claramente mostraba decepción. 

-¿Que mierda están haciendo? -estaba con una voz seria, pero por dentro sabía que estaba intentando aguantarse la risa. 

-¡Acabo de descubrir que mis disfraces siguen aquí! - siguió buscando en el baúl hasta que gritó de emoción y sacó unas orejas y cola de gato, junto con un vestido algo pequeño. Saeran lo miró en silencio.

-No - Saeyoung hizo un puchero.

-Por favor - Dijo Saeyoung con una cara triste, Saeran suspiró. 

-...¿No tienes otro disfraz? - Creo que ninguno de los dos se esperaba esa respuesta ya que nos quedamos paralizados por un segundo y luego Saeyoung sonrió para ponerse a buscar otro disfraz como loco. Cuando miré a Saeran pude ver que estaba algo sorojado.

-Tsun-de-re -Deletree mientras tocaba su mejilla, él solo se puso más rojo y me ignoró, me reí.

Así fue como terminé en una habitación con dos pelirrojos vestidos cómo piratas. No podía dejar de sonreír por lo tierno que se veían, me procuré de sacar cuantas fotos posibles por si esto no volvía a suceder nunca.

-No puedo con esto -Dije después de sacar de décima foto -Es demasiada ternura, voy a morir de diabetes - Dije cayendo al piso lentamente, Saeyoung casi grita.

-¡No! - Me hice bolita y sentí a Saeyoung tomarme en sus brazos -¡Eres muy joven para que te amputen los pies! - Me reí y él fingió estar llorando. Después de unos segundos sentí sus manos subiendo por mi suéter para comenzar a hacerme cosquillas. 

¿Conocen eso de que las cosquillas solo terminan de dos formas: con un beso o con golpes? Pues esta terminó con una patada en el estómago por parte mía. Escuché cómo Saeran se reía, por primera vez desde que había vuelto. Ambos nos quedamos mirándolo sorprendidos, cuando se dio cuenta se puso rojo. 

-S-Saeran -Dijo Saeyoung sonriendo, se levantó del piso y acercó para apretarle las mejillas - ¡Tu risa es muy tierna! - Saeran trató de alejarlo lo más posible.

-¡S-Suéltame! 

-¡Nunca! -Juro que vi los lentes de Saeyoung brillar - ¡Nunca más dejaré a mi hermano! -Aún cuando Saeran trataba de quitárselo de encima, lo vi sonreír. 

Me quedé viendo esa escena la mayor cantidad de tiempo posible, tenía la costumbre de guardar cada pequeño detalle de todo lo que pasaba por sí no llegaba a verlo nuevamente, aún cuando sabía que eso no volvería a pasar. Estaba muy aliviada, no tendría que preocuparme más por sí había un reinicio, todo se iba a quedar tal cual como estaba. 


A Slice Of Heaven ~Seven × Lectora~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora