"Puede que haya dicho algo que estaba mal.
¿Puedo hacerlo mejor con las luces apagadas?"—Birdy.Observo el perfil de Demian detenidamente mientras duerme en mi cama, él es muy apuesto, luce fuerte e intimidante, pero era sorprendentemente suave en el interior. Trabajaba en negocios con su padre desde hace dos años, tenían una compañía de seguros que iba en ascenso cada vez más. Él había practicado boxeo desde los quince años y antes de que su padre lo reclutara para su empresa, así se había ganado la vida durante años. Su voz me saca de mis pensamientos:
—No me mires así. Es raro.
Suelto una pequeña risita y salgo de mi cama.
—Lo siento, no pude evitarlo.
Agarro un suéter del suelo y tapo mi desnudez con él. Camino hasta la cocina para prepararnos desayuno a ambos. Este último mes ha sido increíble, en cada aspecto de mi vida, pero aún más en mi noviazgo con Demian. Somos el tipo de pareja que siempre envidié.
— ¿No puedes quedarte el día aquí, conmigo?—pregunta desde mi cama.
—No, Demian, lo siento, esta semana es muy importante—escucho como gruñe a lo lejos, una sonrisa se forma en mi cara. Saco dos tazas del gabinete mientas digo—: ¿Faltarías tú a la oficina... por mí?
—Bebé, no es lo mismo—se levanta de la cama con un bóxer puesto y camina hacia mí—. Bailar no es un trabajo real—me quedo de piedra al escuchar lo que dice y lo miro, confundida, pero también molesta—. ¿Qué?
—Entrenamos como cualquier atleta. Trabajamos nuestros traseros durante meses para estar minutos en el escenario. Y sí, recibimos dinero, es como cualquier otro trabajo.
Suelta aire, exasperado, mientras ubica sus manos en sus caderas:
—Pandora, mira este piso, es un asco. No es un hogar. En serio, debes buscar algo más decente para vivir, no eres una cualquiera.
Observo mi pequeño loft, el cual me ha acompañado en mis tiempos difíciles de cesantía y llanto. Es completamente blanco, desde la cocina al baño, excepto por el suelo de madera oscura, está desgastado y viejo; por eso puedo ofrecérmelo. Mi colchón está en el piso de la sala, pues no hay habitaciones y tampoco hay un sillón. Decenas de plantas falsas le dan vida al lugar, al igual que algunos cuadros de las fotografías que mi hermana ha tomado le da un toque muy especial a mi apartamento. Es vintage y bohemio, se ajusta a mí. Es un lugar iluminado y a pesar de todo, tengo suficiente espacio para poder practicar durante las noches, incluso había instalado una barra al lado de una ventana.
—Me gusta. Es mí piso.
—Bueno, ten en cuenta que no volveré a entrar a este basural.
***
— ¡Oh, querido Dios! ¡Una niña de doce años tiene una mejor extensión de piernas que tú, Ucrania!—Xavier le grita a la tímida rubia que baila en frente esta vez—. Buena flexibilidad, Canadá, me gusta—me apunta con una sonrisa en la cara mientras se mueve al otro lado de la sala—. ¡Oh, cariño, eres perfecta, Taylor! ¡La envidia de todas las primas*!
Después de un mes en la compañía A. Campell todo se había vuelto una rutina. April, la bailarina con la que me encontré el primer día en el callejón, tenía razón, Xavier es en su mayor parte inofensivo, simplemente le encanta desquitarse con la gente. Al menos yo lo entiendo, es un perfeccionista y desea que todo salga bien, a la altura de su nombre; él no fue cualquier bailarín y él tiene que mantener su reputación en alto.
—Genial, niños. Tómense veinte minutos; refrésquense, coman algo, tomen una siesta, llamen a sus madres, lo que sea. Está prohibido fumar, ¿escuchaste April?

ESTÁS LEYENDO
Enséñame
RomanceUna historia que muestra la el dolor y la lucha que hay detrás de la belleza y la perfección. Libro 1.5 de Encuéntrame. Cada historia es independiente una de la otra, siéntete libre de leer cual tú quieras.