8: My Eyes.

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"Oh, el diablo está adentro
Abriste la puerta, le diste un paseo
Demasiado joven para saber, demasiado viejo para admitir
Que no pudiste ver cómo terminaría
¿Qué le hiciste a mis ojos?"—The Lumineers.

— ¿Qué demonios hacías ahí?—gritó mientras me empuja hacia la calle— ¡Te dije claramente que no tenías mi autorización!

—Demian, por favor...—me volteé para enfrentarlo, temerosa por lo que podría pasar más adelante.

— ¿Por qué me haces esto, Pandora?—su voz cambia, ahora suena exageradamente dolido, era una total actuación.

—N-no era mi intención—logro decir a pesar de la confusión en mi interior.

—Claro que sí era tu intención, tontita. De lo contrario, no te habrías presentado a esta junta de putas—la rabia vuelve a su voz rápidamente.

—Demian, detente—digo con fuerza esta vez.

Él se acerca a mí a grandes zancadas, el pánico viaja por todo mi cuerpo haciendo que me encoja levemente antes de que sus manos hagan contacto con mi cuerpo. Toma mi cara con fuerza entre mis manos, el viento de la noche hace que mi cabello cubra mi rostro, por lo que no puedo ver con claridad su expresión, sólo puedo sentir sus labios chocando con los míos con fuerza.

Él me besa. Ni siquiera muevo un músculo, me quedo inmóvil como una estatua, simplemente respirado, mi vista está nublada, empañada, mis ojos lagrimean pero no puedo sentir nada. Nada a excepción de los mordiscos que Demian le da a mi cuello, labios y mandíbula. Duele, pero no puedo lograr que se detenga, no tengo la fuerza para alejarlo de mí.

—Me haces daño—mascullo.

—Cállate, esto es sexy—dice mientras succiona mi piel.

—No lo es, detente—digo más fuerte.

—No lo entiendes—susurra en mi oído—. Eres mía. No me gusta verte alrededor de otros hombres.

A esta altura sé que no me va a soltar si se lo pido, en especial si se trata de contradecirlo, él actúa irracionalmente y me domina por completo, por lo que decido intentar lo contrario.

—Vamos a casa—murmuro moviendo mi labio—, quiero pasar tiempo contigo a solas. Tengo que compensarte por mis errores.

—Está bien, nena, vamos—besa la cima de mi cabeza y pasa su brazo por mis hombros para guiarme por la calle.

Volteo hacia la entrada del bar, rogando que nadie haya presenciado nuestra escena, pero me equivoco; él está ahí.

No sé qué habrá visto de mi encuentro con Demian, desearía leer su mente, podría saber con exactitud lo que piensa de mí.

Soy una vergüenza, lo sé y ahora Kyle lo sabe también.

Se voltea y entra nuevamente al bar cuando nota que lo estoy mirando. Yo sigo mi recorrido, decepcionada, desearía que él se hubiera interpuesto entre Demian y yo.

***

—No debes ir a bailar hoy—dice Demian desde la cocina, mientras come sus 10 huevos fritos matutinos.

Detesto el olor de los huevos, no puedo entender cómo le gustan tanto, literalmente me dan náuseas.

— ¿A qué te refieres con eso?—digo mientras como mi granola sin prestarle mucha atención, puesto que ya estoy acostumbrada a sus ideas desatinadas de controlar mi vida.

—Te conseguí un nuevo trabajo.

¿Qué demonios?

»Como mi secretaria.

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