La semana se me hizo tan pesada. Luego del terrible susto que me llevé con Rich me costaba mucho dormir y en clases casi no prestaba la atención necesaria ¡Necesitaba unas vacaciones urgentemente!
Y sin contar que debo prepararme para la presentación de Psicología del viernes.
Mientras más corría la semana, más me daba cuenta de que Leo tenía casi todas las mismas clases conmigo. Era doloroso tener que verlo cada día con Megan Rizz.
Al día siguiente del accidente de mi primito, Leo se acercó a mi asiento, agachándose frente a mí y con su cabeza muy cerca de la mía, para mi disgusto.
—Hola, Claire— me saludó con su habitual sonrisa— ¿Cómo está Richard?
—Está bien, solo fueron unos puntos— y me alejé un poco.
—¡Uff, qué alivio!— expresó— ¿podemos hablar en el almuerzo?
Fruncí el ceño y cuando estaba a punto de decirle que no, se atravesó la zorra Rizz.
—¡Cariño!— exclamó llevando a Leo más cerca de ella y le plantó un beso en los labios que para mí era imposible no contemplar, ya que ambos estaban justo al frente de mi pupitre.
Tenía impulsos de gritar, de hacer algo. Tenía una rabia interna que no sabría explicar muy bien. Traté de apartar mi vista de aquel beso con un suspiro de resignación.
—¡Nada de demostraciones de afecto en esta clase!— gritó la maestra Cook, lo que obligó a Leo y a Megan a ir a tomar asiento. Megan se meneaba en victoria. ¡Es tan insufrible!
A mitad de la semana, Chloe me suplicó que me quedara a dormir a su casa para que la ayudara a estudiar Literatura. La señora Cooper le había comentado que yo era muy buena en la materia. Luego de tanto insistir, accedí.
Posterior a la campana de la última clase, llamé a mi madre para avisarle que esa noche me quedaría en casa de mi nueva amiga. Mi madre y Diana ya la habían conocido el día del accidente de Rich —¡Es tan linda esa chica!— había comentado mi madre acerca de ella, obviamente lanzándome sus habituales indirectas para que me arreglara como ella quería.
No fui a casa a recoger mis cosas sino me fui de una vez en el auto de Chloe a su casa para no perder el tiempo y que ella lograra estudiar lo suficiente para su examen.
Los padres de Chloe son iguales o un poco más amables que ella misma. Hasta su perro "Tobby" me cayó muy bien.
Luego de unas dos horas de repasar todos los apuntes de literatura de Chloe nos fuimos a su habitación a descansar comiendo helado. Ella me tendió una pijama de ella para que me sintiera más cómoda.
Cuando estaba en el baño tratando de ponérmela, me di cuenta de que la pijama de mi nueva amiga era realmente corta y ajustada. Mis pijamas son holgadas y casi todas son largas. Sin embargo, me la puse. Ya le había tomado bastante confianza a Chloe, casi casi como la confianza que le tengo a Van.
Al salir del cuarto de baño e ir a la habitación de Chloe, ella me miró sorprendida y con la boca abierta de par en par.
—¡Wow! Así que ese es el cuerpo que se esconde debajo de esa capucha...— dijo luego de unas risas. Me sonrojé un poco y le lancé una almohada.
—¡No te burles!— le grité.
—No me estoy riendo de ti, me estoy riendo de Megan— dijo la castaña.
—¿De Megan? ¿Y ella que tiene que ver con esta pijama, que por cierto, te informo que no me gusta en lo absoluto?— pregunté curiosa.
—Porque cuando decidas cambiar de look Leo no va a tener ojos para ella, ¡nunca más!— dijo exageradamente Chloe y haciéndome fruncir el ceño. Eso nunca pasará.
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Amo Que Me Odies
Novela Juvenil¿Imaginas tener en tus manos la oportunidad de vengarte del chico que más te ha hecho daño? Claire y Leo han sido amigos desde siempre, compartiendo risas y aventuras. Sin embargo, todo cambia cuando Leo comienza a hacer nuevos amigos al cumplir 12...