La multitud se acumulaba cada vez más alrededor de Chloe. Los chicos gritaban cosas obscenas, y ella cada vez se movía peor.
—Qué inocente tu amiga la marihuanera— dijo Megan entre risas. Frank Brucks estaba a su lado.
—Lo veo y no lo creo— dijo Frank viéndome de arriba abajo— ¡la emo está buenísima!
—¡Calla, idiota!— Megan y Frank habían sido "novios oficiales" hacía un tiempo. Así que el comentario de Frank más allá de intimidarme, me llenó de satisfacción. Sobre todo al ver la cara de envidia que ponía Megan. La miré con una sonrisa sarcástica, le guiñé el ojo y traté de meterme entre la multitud tremenda de adolescentes.
Chloe continuaba bailando y su cara no expresaba más que ebriedad. Pero ella tampoco había bebido tanto, la verdad. Alguien le tuvo que haber puesto algo extraño a su vaso, o algo parecido.
Los chicos comenzaron a pedirle a mi amiga que se quitara la ropa al unísono. ¡Eso no lo podía permitir!
Traté de abrirme paso dando codazos a la gente que estaba en mi camino hasta que al fin llegué a la mesa en donde se encontraba Chloe, a punto de quitarse su blusa de tirantes.
La tomé por una pierna y ella se agachó.
—¡Amiiiiiiiiga! ¡Ven a divertirte!— definitivamente, así no es Chloe.
—¡Baja, Chloe! ¡Baja de la mesa YA!— le ordené.
Ella comenzó a reír a carcajadas. Sus ojos estaban muy rojos. No sabía muy bien cómo controlarla.
Los chicos alrededor comenzaron a abuchear porque ella no les daba lo que pedían. ¿Cómo los hombres podían ser tan pervertidos y aprovechados?
—¡Vamos, Chloe! ¡Debemos irnos!— le supliqué. Ella empezó a entrecerrar sus ojos. Ay, no...
—¡Me siento fatal!— exclamó. Sujeté sus brazos y la ayudé a bajar de la mesa. Poco a poco los chicos volvieron a lo suyo: beber y bailar.
—¿Quieres ir al baño?— le pregunté a mi amiga, a lo que ella asintió con una mirada perdida pero con una risa tonta en sus labios. ¡Estaba horriblemente borracha!
Coloqué uno de sus brazos alrededor de mi cuello y traté de adivinar en dónde rayos quedaría el baño en aquella casa abarrotada de chicos.
Logré ver un pasillo. La música ya me empezaba a aturdir y sumando las luces de neón y lo pesada que se me estaba haciendo Chloe, las náuseas no dudaron en aparecer de nuevo.
—¡Yo amaba a Ethan, Cle! ¡Lo amaba!— comenzó a gritar mi amiga— ¿por qué tuvo que hacerme esto? ¿Por qué?— sabía que el comentario de la zorra de Megan Rizz había afectado aunque sea un poco a mi pobre amiga.
Cuando por fin llegué al pasillo, me dije a mí misma que lo más probable es que el baño estaba en el fondo a la derecha. Siempre estaban ahí, ¿no?
Y así fue.
—¡Eres mi mejooooooor amiga, Cle! ¡Te adoro!— exclamó mi amiga mientras reía como loca— Ahora me dirijo a vomitar, solo un poco. ¡Oh, Dios, estoy tan ebria!— y finalmente entró al baño.
No escuché ningún sonido extraño, solo a Chloe riendo. Le pregunté varias veces si se encontraba bien y solo decía: "¡Te adoro, amiga!".
En una de esas, logré ver a Max, el chico que acababa de intentar besarme. Me oculté lo mejor que pude.
Era un chico lindo, pero la verdad es que no me atraía. Y menos después de lo que acababa de hacer. No me gustan los chicos atrevidos. Bueno, es que realmente ningún chico se había atrevido a tanto conmigo en la vida.
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Amo Que Me Odies
Teen Fiction¿Imaginas tener en tus manos la oportunidad de vengarte del chico que más te ha hecho daño? Claire y Leo han sido amigos desde siempre, compartiendo risas y aventuras. Sin embargo, todo cambia cuando Leo comienza a hacer nuevos amigos al cumplir 12...