Amo Que Me Odies

Capítulo diecisiete: El reto de Leo (parte 1)

—¡Claire's, Clairés!— exclamó mi amiga Vanessa luego de que le abriera la puerta el viernes por la tarde. ¡Al fin veía a mi mejor amiga!

—Oh, por Dios. ¡Vane!- le dije a la vez que le daba un fuerte abrazo— ¡No puedo creer que estés aquí! ¿Son ideas mías o creciste un poco?— bromeé. Me encantaba burlarme de su baja estatura. Ella me miró con los ojos entrecerrados aguantando la risa.

—¡Soy pequeña pero adorable!— contestó y ambas reímos a carcajadas.

En seguida nos dirigimos a mi habitación y ayudé a mi mejor amiga con las dos maletas que disponía.

—Oye, ¿dónde están todos?— preguntó.

—Mamá y Charlie están de compras. No te había dicho. Hoy en la noche hará "una pequeña reunión" entre amigos— dije con poco ánimo— todos llegarán en unas horas.

—Oh, esperemos que realmente sea una"pequeña" reunión— espetó Vane con una sonrisa en sus labios— ¿Y dónde están Diana y Richard?— interrogó al tiempo que colocábamos las dos maletas en mi cama y las abrimos para organizar las pertenencias de la pelirroja.

—Ambos salieron con Dylan. Diana estaba realmente nerviosa sobre cómo se llevaría Rich con su novio— dije recordando la cara de mi prima minutos antes de que Dylan llegara a buscarlos.

—Pobre Diana. Pero si Dylan es un buen chico estoy segura de que amará a Richard— expresó Vane. Dibujé una sonrisa en mis labios esperanzada de que eso realmente sucediera. Mi prima merecía vivir su juventud.

Luego de una hora y unos minutos más desempacando las cosas de Van a la vez que hablábamos de todo un poco, un mensaje de texto llegó a mi móvil.

Estoy abajo, Cle. ¡Tiempo de ponernos fabulosas!

Reí. Chloe propuso llegar antes de la reunión organizada por Charlie para arreglarnos y escoger la ropa juntas.

Van y Chloe se trataron como si se conocieran de toda la vida, lo cual me alegró muchísimo y celebré por dentro. Era sumamente importante para mí que mis dos mejores amigas se la llevaran genial.

Chloe había mejorado considerablemente su actitud los últimos dos días. Me preguntaba si se debía a la aparición de Charlie en el panorama, ya que había notado cierta tensión extraña entre ellos. Sin embargo, no me había atrevido a preguntar a ninguno de los dos.

—Cle, creo que es hora de que te pongas algo corto— dijo señalando unos shorts color crema que había comprado con ella en una de esas ocasiones que nos fuimos de "shopping" pero que no me había atrevido a usar.

La fulminé con la mirada. Sabía que no me agradaba la ropa corta.

—¡Vamos, Claire! Debe quedarte estupendo... Solo pruébatelo— sugirió Van. Las odio pero las amo a la vez. Así que les hice caso.

Ambas asintieron al verme y confesaron sentirse celosas de mis "esbeltas piernas". 

Decidí que el short no me hacía sentir tan incómoda y elegí una blusa manga larga color café que dejaba un hombro al descubierto. Por su puesto, no podían faltar mis adorados Converse.

Aún no entiendo cómo las chicas pueden usar tacones. Van y Chloe no llevaban cinco minutos montadas en los dos pares que eligieron y ya se estaban quejando del dolor. ¡Qué ganas de sufrir!

Chloe y yo nos dirigimos escaleras abajo ya que escuchamos la llegada de mamá y debíamos ayudarla con la comida. Vanessa se quedó en mi habitación terminando su maquillaje.

Charlie, Chloe y yo nos dispusimos a servir todo en pequeños platos, aperitivos y bebidas.

De repente, vi cómo la puerta se abrió dando la bienvenida a una risueña Diana de la mano de Dylan, mientras este último cargaba a Rich.