Capítulo veinte: Los Búfalos

9K 581 87
                                    

—¿Por qué, Cle? ¿POR QUÉ?— preguntó innumerables veces al cielo mi loca amiga Chloe al ver mi ropa de hoy, primer día de clases luego de Acción de Gracias.

Volví a ser la "yo" de antes. La verdad no me sentía para nada bien, creo que a la "yo" real le gusta verse bien y femenina de alguna manera.

Sin embargo, días antes me había planteado una pregunta: ¿cómo saber si Leo me quiere de verdad? Por ser yo, y no porque de la noche a la mañana cambié mi aspecto y ahora soy validada por muchos.

La respuesta no tardó en llegar a mi mente.

Hoy lucía mi viejo suéter de capucha negro, mis pantalones holgados y recogí mi cabello en una coleta de bailarina.

¿Cómo era posible que antes yo aguantaba tanto tiempo debajo de esa capucha? Es realmente incómodo vestirse de esa manera. Pero de cualquier forma, estaba decidida a asistir a la escuela así y a estudiar la reacción de Leo.

—Chloe, por favor, apóyame en esto, ¿quieres?— rogué a la castaña.

—Ugh. Está bien— dijo con rostro inconforme mientras conducía su auto a través del aparcamiento de la escuela— solo prométeme que esto no será permanente y seguirás luciendo fabulosa como antes.

Le sonreí. Solo se trataba de probar una teoría.

Nos bajamos del auto de Chloe cuando finalmente logró aparcarlo en un lugar con sombra.

—Hola, chicas. ¿Cómo estuvieron sus vacaciones?— preguntó Max al sorprendernos en el aparcamiento y sonriéndonos amablemente a Chloe y a mí.

Sé que él y Vane la pasaron genial. Desde que logré que salieran aquel día a la muestra de arte solo ellos dos, la química surgió. Salieron en varias oportunidades luego de esa cita y al parecer no solo tienen en común sus rojas cabelleras.

Se compenetraron tanto que Max se ofreció a llevar a mi amiga hasta su casa, que se encuentra en la ciudad cercana a la nuestra. Fue un gesto muy lindo de su parte sabiendo que Vane no tiene auto y pensaba devolverse en tren.

Es perfecto- me susurró la pelirroja con brillos en los ojos el sábado antes de irnos a dormir luego de otra cita con Max. Estaba muy contenta por ambos, y aunque aún no surgía algo más que una amistad entre ellos, sabía que pronto conocería una linda historia de amor.

—¡Estupendas!— exclamó Chloe y seguidamente le di un fuerte abrazo a Max quien me veía con extrañeza. Obviamente por mi antiguo aspecto haciendo presencia.

Estas vacaciones me sirvieron para pensar mucho sobre Leo, pero a pesar de todo fueron bastante buenas. El día de Acción de Gracias y todo el fin de semana papá estuvo en casa, milagrosamente.

Charlie y Chloe. No sé exactamente en qué líos andan esos dos, pero últimamente los he visto más unidos que nunca. Desde que llegaron de la disco aquella noche, ambos tienen un comportamiento extraño.

El viernes casi los pillo besuquéandose en la cocina de mi casa, cuando supuestamente estarían haciendo muffins para Richard. A quien creo que están usando para "llevarlo al parque" mientras ellos andan en lo suyo.

Obviamente me están ocultando algo, pero lo averiguaré.

Charlie vuelve hoy a la universidad, pero el próximo fin de semana regresará a casa. Sospecho que lo hará por Chloe.

Max, Chloe y yo entramos finalmente a la escuela. Los chicos me veían con caras largas, como diciéndome: ¿Qué hiciste, Claire? Otros solo me silbaban a mi paso por el pasillo.

La escuela estaba forrada de carteles, globos, graffitis, haciendo alusión al último juego de la temporada interescolar de béisbol.

¡Vamos, Búfalos, a ganar!- coreaban las porristas al pasarles por un lado en el pasillo principal de la escuela.

Amo Que Me OdiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora