Capítulo catorce: Delirando

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Sentí cómo de momento, alguien abrió la puerta de mi habitación de par en par.

—¡No vas a creer lo que te voy a contar, Claire!— exclamó mi prima Diana con desesperación.

—¡Diana! Casi me matas de un susto— dije soltando el aire que tenía retenido.

—¿Qué pasa?— preguntó Vanessa viendo mi cara de terror.

—Oh, Vanessa. Ya que estás ahí les contaré a ambas— dijo mi prima sonriente y sentándose a mi lado en la cama.

—Di de una vez qué es lo que sucede— le dije a mi prima frunciendo el ceño. Odio que me provoquen esa clase de mini infartos.

—Pues, sabes que te dije que averiguaría qué hacían en el cine Leo y Megan— asentí con mi cabeza— ¡Lo hice! Me escondí detrás de un mostrador que estaba cercano a ambos y escuché a Megan llorando.

—¿Megan llorando?, ¿estás segura?— preguntó Vanessa anonadada.

—Segurísima. Ella le decía a Leo que no soportaba la atención que Max le estaba dando a la "emo"— explicó mi prima refiriéndose a mí— mientras Leo le reclamaba que lo llevara al cine solo por el capricho de hacerte molestar a ti, Claire.

—Es decir, que Megan sabía sobre la cita entre Max y Claire— afirmó Vanessa.

Estaba tratando de digerir las palabras de mi prima, pero nada tenía sentido. ¿Megan llorando por mi culpa? ¿Está tan desesperada, o quizás enamorada de Max?

—¿Pero cómo podría enterarse Megan de mi cita con Max?— les pregunté a las chicas.

—Los rumores corren, Claire. Posiblemente Max le comentó a algún amigo, o algo por el estilo— precisó Diana— Lo que sí es seguro, es que lograste hacer llorar a la zorra, y eso se merece un aplauso.

No me agradaba la idea de hacer sufrir a alguien, ni siquiera a Megan. ¿Por qué soy tan tonta? 

Lo menos que merecía Megan por todo el daño que me ha hecho es que un chico como Max la rechace.

Estaba a medio de un suspiro, cuando Diana irrumpió de nuevo.

—¡Oh, Dios mío! Casi lo olvido— exclamó— Escuché claramente cuando Megan, lamentándose por todo el asunto de Max, le decía a Leo que no soportaba la idea que ahora hasta él mismo está enloqueciendo por ti, y Leo le respondió que lo está desde hace mucho.

—¿QUÉ?— preguntó Van exageradamente.

Yo fruncí el ceño en toda su expresión.

—¿Estás segura de que Leo dijo eso?— mi prima asintió cerrando los ojos, convencida— Tuvo que estar bromeando o algo, ¿Leo enloqueciendo por mí? Imposible.

—Si me dejas opinar, yo siempre pensé que tanto tú como ÉL se han gustado desde siempre, de hecho, fue lo primero que pensé en cuanto los vi— dijo Van con temor a cómo reaccionaría yo.

Pero no tuve ninguna reacción. Solo comencé a pensar en que eso que ella acababa de decir fuera una posibilidad.

—Yo pienso que quizá debas darle la oportunidad de estar contigo un día sin que le repitas que lo odias, Claire— recomendó mi prima— ¡Solo inténtalo! Nada pierdes con intentarlo.

—Estoy de acuerdo con Diana, Claire's— dijo Vanessa a través de la videollamada— quizás maduró, quizás no. Quizás esté interesado en ti o no. Pero la única manera de salir de dudas es que le des una oportunidad.

—Además, no puedes decir que no te da curiosidad, porque estoy segura de que la tienes— dijo Diana. Ninguna de las dos me había dejado articular ni una palabra— Y si ese chico tan guapo gusta de ti... ¡Oh, Dios mío! ¡Hasta podría ser tu primer novio!— dijo Diana emocionada y dando saltitos en la cama. No, no, no.

Amo Que Me OdiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora