Epilogo

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  Tiene mucha variedad de música. Pero un cd con carátula negra rotulado año '98 con su letra, llama mi atención.

-¡Este!- indico levantándolo. Me hace señas para que proceda a colocarlo y empieza a sonar.

El primer tema que suena es Lucky man de Verve. Los temas estaban muy bien elegidos, me gusta esta recopilación, busco si hay algún listado dentro del estuche pero no encuentro nada, así que en silencio sigo viendo que otros discos lleva y justo cuando suena Save tonight me sorprende al tomar mi mano y sujetándola con la suya mientras conduce y en lo que asimilo su gesto empieza a cantar, se sabe el tema completo, tiene una voz maravillosa, impresionante.
Durante su interpretación mis ojos van de su rostro a mi mano en su pierna y noto lo cómodo de la situación, aún sin decir nada.

- No imaginé que fuera cantante.

Su rostro mantiene contacto con el camino pero sonríe sonoramente.

- No lo soy. Pero mi madre me enseño sobre música.

-¿Su mamá?

- Sí, ¿no te lo comenté? Ella formó parte de una filarmónica hasta que a mi padre lo transfirieron.

- Imagino lo difícil que debió ser para ella.- digo mientras él niega con la cabeza.

- Para nada, ella dice que dedicó sus años de juventud a la música, pero que sus mejores años los compartió con mi padre.

Es imposible no conmoverse al escuchar esas palabras y al parecer mi reacción ha sido más que esa, cuando noto que con un dedo cierra mi mandíbula mientras ríe.

- Lo sé suena a frase de cuento de hadas, pero para ellos fue así.- dice con un poco más de seriedad.

- Mis padres se conocieron en Viena, cuando mi padre acababa de llegar al consulado. Al cabo de unos meses contrajeron matrimonio.

- Eso quiere decir que usted y sus hermanos son extranjeros.

- Mi madre y Matheu son austriacos, Karin es norteamericana y mi padre y yo somos de acá.- Vaya, eso jamás lo hubiera adivinado.- digo mientras imagino a su familia.

Suena un tema que no he escuchado, The promise no tengo idea de quién la interpreta, lástima que no tenga anotados los temas y no me apetece preguntarle. Está tan absorto en el camino que no quiero invadir su silencio.

El camino de regreso es tranquilo, puedo decir que maneja muy bien, demasiado rápido pero con pericia, me impresiona este auto. No infringió ninguna norma de seguridad pero me hubiera gustado tener más tiempo a su lado. Es una noche muy tranquila y no hay mucho tránsito.

Alcanzo a ver el kilometraje del auto y me sorprende ver el poco recorrido que marca. Se ha dado cuenta que observaba hacia él.

-¿Te asusta la velocidad?

- No para nada. Solo espero que sepa lo que hace.

Me mira con suficiencia y sonríe mientras vuelve la vista al frente.

-¿Su auto es nuevo?

- Sí.- responde evasivo.

- Lo siento, solo me llamó la atención el odómetro.

Me mira confuso y con un gesto de incomodidad vuelve a ver el camino.

-¿Sabes algo de autos?

- Algo, a mi padre le gusta comprar revistas de autos como Mecánica Popular y otras similares.

Me mira de reojo y vuelve a ver el camino.

Una tarde a mitad del veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora