Capítulo 35

5 1 0
                                    

Se abren las puertas de nuevo y la veo a unos metros de mí. Con un abrigo largo y las piernas desnudas. Si no hubiera tanta gente, le haría el amor ahí mismo. Camino hacia ella, la cojo en volanadas y sin dudarlo la beso, como llevaba deseando hacer desde hace mucho tiempo.

- Te quiero - digo besándola de nuevo - Te quiero.

- Te he echado de menos.

- Y yo.

La beso otra vez y la dejo en el suelo abrazándola contra mi pecho. Miro su mejilla y veo que ha intentado maquillarse para tapar el moratón, pero aún se nota de cerca. Paso mis dedos por su pómulo y ella me dedica una media sonrisa. Juro que ese gilipollas las va a pagar. Veo a Santi corriendo hacia mí y me agacho para cogerlo.

- ¡Tito!

- ¡Colega!

- ¿Qué tal en ingleslandia?

- Dirás Inglaterra - digo riendo y despeinándole.

- Eso. Te he echado de menos - dice abrazándome.

- Y yo a ti canijo.

Le dejo en el suelo y coge mi mano derecha, y con la otra rodeo a Yan por la cintura que lleva mi maleta. Le beso la mejilla y caminamos a la terminal. Andrea viene a abrazarme y veo que Marcos está detrás de ella.
La abrazo y después hago lo mismo con Marcos.

- Por fin se te ve el pelo tío.

- Quiero un helado - dice Santi.

- Vamos a por uno - dice Marcos cogiéndole la mano y yéndose con él.

- Adri. Yani quería enseñarte una cosa - dice mirándola.

Yan se pone roja y me coge la mano.

- Ven - dice con vergüenza tirando de mí.

- No me digas que te ha vuelto la vergüenza.

- Shh - dice besándome.

Entramos en los lavabos y la miro con curiosidad. Se apoya en el lavamanos y me mira. Me acerco a ella y la beso.

- Quiero enseñarte tu regalo - dice completamente roja.

- A ver.

Pone las manos en el cinturón del abrigo y deshace el lazo. Abre el abrigo y veo que no lleva nada debajo a excepción de un conjunto rojo.
La tira roja. Se me salen los ojos de las órbitas. Está guapísima. ¿Qué digo? Está buenísima.

- ¿Te gusta?

- ¿Estás de coña?

Me acerco a ella poniéndome entre sus piernas y subiéndola a la encimera de mármol que tenía detrás.
La beso con desesperación.

- Te deseo, mucho.

Ahoga un gemido mientras sube sus manos a mi cuello.

- Adri ahora no...

- Ahora si - digo bajando las manos hasta las braguitas de encaje.

- Estamos en un baño público.

- Me da igual. Quiero hacerlo ahora - digo en su cuello antes de besárselo.

- Adri...

Meto dos dedos dentro suya y suelta un grito ahogado que callo con un beso.

- Adri... hay... cámaras...

- ¿Qué?

Paro y miro al techo, y veo una cámara negra.

- Mierda - digo tapándola con el abrigo - ¿Por qué no me lo has dicho antes?

Simplemente la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora