Capítulo 29

4 1 0
                                    


Subo a mi habitación corriendo y medio llorando, siendo completamente consciente de que Marcos se ha dado cuenta de que me he enterado de todo, y puede que Adrián también. Pongo el pestillo y me hecho a llorar. No solo me había mentido. También se había liado con otra. Me había sido infiel.

Y la historia se repite.

Un profundo dolor me inunda el alma, como si pequeños cristales afilados se me fueran clavando.
Siento como si mi corazón estuviera hecho añicos y que al más mínimo movimiento esos pedacitos se fueran a desestabilizar y se fueran cayendo poco a poco y uno por uno siendo cada vez más doloroso.

Escucho a Marcos llamar a la puerta.

- Yani. Abre por favor. Tenemos que hablar.

No. No tenemos nada que hablar. No tengo nada que hablar con nadie.
Me paso toda la tarde encerrada llorando, y mi móvil vibrando casi continuamente.  Marcos había subido más de cuatro veces, pero a ninguna le había contestado ni mucho menos abierto.

En un acto inconsciente abro la puerta y vuelvo a la cama. Deben ser cerca de las diez o las nueve, porque ya está todo oscuro. Escucho a Marcos subir las escaleras y esta vez ya no toca a la puerta, simplemente la abre y entra hasta sentarse en mi cama, y agradezco estar de espaldas a la puerta.

- ¿Lo has escuchado?

Asiento sin decir nada.

- Tienes que hablar con él - dice colocando una mano en mi espalda.

- No puedo - logro decir después de toda la tarde sin hablar.

- Debéis aclarar las cosas.

- Me ha engañado... - susurro.

- No sabía lo que hacía.

- Todos somos responsables de nuestros actos.

- Tienes razón.

Me mira. Noto sus ojos clavados en mí.

- Yani no quiere perderte.

- Pues que no haga gilipolleces...

Y una lágrima vuelve a correr por mi mejilla.

- Yani habla con él.

Quiero hacerlo. Quiero escuchárselo decir de sus propias palabras. Pero sé que no lo voy a soportar.

Marcos se levanta al cabo de un rato y escucho como deja algo sobre la mesilla.

- Llámalo, y aclarad las cosas.

Sale y cierra la puerta tras de si.

Quiero llamarlo. Quiero decirle de una maldita vez que vuelva. Porque sé que si se lo digo lo hará. Y es lo que realmente necesito. Me giro y veo mi móvil sobre la mesilla. Lo cojo y veo treinta y dos llamadas perdidas, a parte de otros tantos mensajes.

~ Yani por favor escúchame ~

~ Tenemos que hablar ~

~ Por favor cogeme el teléfono ~

~ Yani no significó nada para mí ~

~ Si ni tan siquiera me acuerdo... ~

~ Yan por favor ~

~ Tenemos que hablar, en serio ~

~ Por favor Yani~

~ Mañana a las doce estaré en el aeropuerto. Si no estás allí entenderé por qué ~

¿Mañana?

~ Conéctate al Skype por favor ~

¿Estoy segura?

Simplemente la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora