- ¿Qué estás diciendo? ¿Estás así por el regalo?
Suspira profundo.
- Adri me va a gustar sea lo que sea ya te lo he dicho.
Me estoy poniendo realmente nerviosa. Llevaba raro toda la noche por el maldito regalo. ¿Qué demonios será? Me mira a los ojos y veo que está nervioso. Se lleva la mano al pantalón y saca una cajita. La cajita.
Aquella cajita que me había enseñado por Skype hacía unos meses. El lapislázuli.- Adri te pedí que la devolvieras...
- Cállate anda - dice cariñosamente abriendo la cajita y tendiéndomela.
Cojo sus manos entre las mías mirando el precioso anillo que jamás me podría permitir.
- Sé que vas a decir que estoy completamente loco, y sí, estoy loco por ti - se pone de pie y se acerca a mí - Has puesto mi vida entera patas arriba desde el primer minuto que te conocí hace años en el metro, y me alegro cada segundo de ello - se abaja un poco y coge el anillo de cajita. Empiezo a temblar inconscientemente - Sé que estoy loco y que esto lo puede cambiar todo, pero necesito decírtelo.
- Adri... - digo mirando a mi alrededor y viendo que un montón de gente super estirada y super rica nos está mirando sin quitarnos el ojo de encima como si estuviesen en el cine.
- Yan, eres mi vida, y de verdad que no sé como vivir sin ti. Y aunque sea muy pronto... - para un segundo a respirar y pone una rodilla en el suelo mirándome y cogiendo mi mano derecha con la suya. Todo el aire abandona mis pulmones de golpe - No puedo esperar ni un segundo más. Yan, me harías el hombre más feliz del mundo... - baja su mirada hasta el anillo que empieza a meterlo en mi dedo despacito y luego la sube hasta mis ojos - ¿Quieres casarte conmigo?
La gente no nos saca el ojo de encima y estoy tan nerviosa que no sé si tengo la voz suficiente para poder responder. Le miro y lo único que veo en sus ojos es amor. Y es lo único que necesito.
- Sí... si quiero - digo con voz entrecortada y lanzándome a besarlo.
La gente empieza a aplaudir como loca. Y yo no puedo ni creérmelo.
- Te amo. Te amo - dice besándome y levantándome para cogerme en el aire.
- Estás loco.
- Por ti.
- Te amo.
Me deja en el suelo y me agarra por la cintura sin quitarme el ojo de encima.
- Enhorabuena señores - dice el camarero - El restaurante les invita al mejor champán de la casa.
- Gracias - dice Adri sin aún soltarme.
- Te quiero - digo antes de sentarme.
- Y yo a ti, prometida.
Sonrío. Y sonrío de verdadera felicidad. Esa felicidad que hace mucho tiempo que hecho en falta, y que por fin, está sentada en frente de mí en una única persona, mi futuro marido. Nos íbamos a casar. Mi padre le matará. Me río ante el único y primer pensamiento que se viene a mi mente.
- Mi prometido.
- Mi prometida.
- A mi padre no le va a gustar la idea.
Su cara cambia de expresión por completo. Creo que hasta se podría decir que tiene verdadero miedo ante lo que le acabo de decir.
- ¿Y si no se lo decimos?
- ¡Como no se lo voy a decir a mi padre!
- Es que... de verdad me quiero casar contigo, y me gustaría estar vivo en ese momento...
ESTÁS LEYENDO
Simplemente la verdad
Разное¿El amor? Un invento de un gilipollas. El amor no existe. Puedes querer o amar a alguien, pero eso no es amor. Todo parte de la amistad, puede ser una amistad de amigos, de mejores amigos, de algo más que amigos, pero también una amistad de odio, de...