Capítulo tres: Café instantáneo

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Llegó la noche, con ella el frío y la oscuridad. Leo, quien había llegado a casa, se dispuso a tomar un baño, el entrenamiento lo había dejado agotado además de que se la había pasado la mañana llorando, lo cual le provocó un dolor de cabeza muy molesto.
Corrió al cuarto de baño, se quitó la ropa y con mucho cuidado abrió la llave de la regadera. Se metió así, sin esperar a que cayera agua caliente. Mientras enjabonaba su cuerpo, había una idea que rondaba en su cabeza. "¿En realidad una página de citas me ayudará a superar a Riley?"

-MIERDA, MIERDA, MIERDA!- le había caído jabón en los ojos.

Momentos más tarde, Leo salía del baño relajado y húmedo. Se sentó en su cama un rato a pensar, pero la curiosidad lo derretía por dentro, así que buscó en sus bolsillos la pequeña hoja que le había dado Mila y se dirigió hacia su computadora. La encendió y tecleo lo que decía en el papel.

"no creo que esto sirva de nada, pero al menos de esta manera podré despejar un poco mi mente". La página le pedía ingresar un correo electrónico y datos personales, así que decidió crear su perfil de la siguiente manera:

Nombre: Leo de la Iglesia.    Edad: 19.    
Sexo: Nunca, soy más virgen que el aceite de oliva.
Nacionalidad: Mexicano/Estadounidense.
Hola, mi nombre es Leo, tengo 19 años y soy coreógrafo y patinador. Mi gran pasión es la música y armar coreografías, me encantan los conejos y los libros de ciencia ficción y novelas policiacas, odio las matemáticas y las jirafas. Lo que más disfruto de la vida es patinar y tomar café con leche.

Una vez que había insertado sus datos y una breve descripción, esperó a que llegaran las notificaciones, pero estas no llegaban, esperó durante aproximadamente hora y media y lo único que obtuvo fue un mensaje con lo siguiente:

April Cullen: Ufff, oye guapo... Estás bien bien bueno 😍🙊. Pasa tu pack, plisss. 💋
Leo: ... ¿Qué?

Se dio cuenta de que eso de platicar con desconocidos en internet no era muy buena idea, apagó su computadora y arrastrando los pies se dirigió a su cama, se acostó y tomó el libro que tenía en la mesa de noche. Se quedo leyendo cuentos de Edgar Allan Poe hasta tarde, eran sus favoritos para dormir; disfrutaba de su lectura hasta que cayó vencido ante el sueño.

Llegó la mañana y con ella la esperanza de que sería un día excelente. Hoy el entrenamiento comenzaba a las siete de la tarde, así que Leo tenía el día libre.

Brrrr brrrr brrrr... Vibraba su teléfono en la mesa, extendió entonces su mano para tomarlo. Con mucha flojera desbloqueo su celular, se dio cuenta de que tenía notificaciones, lo normal, así que decidió revisarlas. Notó entonces que alguien le había enviado un mensaje de la página de citas por internet, rápidamente lo abrió, sus manos temblaban y su corazón latía con mucha fuerza.

Juanito Ji: Hola 🙃

Ese mensaje, no era un simple "Hola", ese mensaje era el inicio de una nueva vida. Leo decidió responder:

Leo: Hola! :3 ¿Cómo estás?
Juanito Ji: Oh, muy bien. Gracias por preguntar. Oye, leí en tu perfil que te gusta patinar, yo también soy patinador. 😉
Leo: Wow! De verdad que también eres patinadora? Eso es genial.
Juanito Ji: ¿Eh? Jajajaha, no... No soy una chica, soy un chico ^\\^.
Leo:  Jakajdjgjj, ya veo. No importa, me caes muy bien por el simple hecho de ser patinador. ⛸❄️💕
Juanito Ji: tú también me agradas, Leo.

Y fue así como comenzaron una plática realmente placentera, tenían gustos parecidos y por lo tanto pláticas interesantes.

Café Latte & Chocolate (LeoJi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora