Después del entrenamiento, Leo de la Iglesia llegó agotado a su pequeño departamento. Deseaba fuertemente poder acostarse en su cómoda cama y pasar una reconfortante noche de sueño. Pero entonces recordó que tenía algo por hacer. Fue directo al cesto de ropa sucia y lo llevó al cuarto de lavado. Puso la ropa sucia en la lavadora y apartó la de su amigo.
"Es una mancha difícil, esta ropa merece un trato especial". Leo talló cuidadosamente en el lavadero la mancha. Lo hacía con tanto amor y dedicación que incluso él mismo se sorprendió. Desde cuando le ponía tanto esfuerzo y cuidado a lavar ropa?
Una vez que acabó de lavar, se acostó a dormir, algo que a Leo le quedaba claro es que si aún no había podido encontrar el amor, es por que su corazón le pertenecía a su cama.
Durante la noche, su teléfono celular estuvo vibrando insistentemente, pero como él estaba realmente cansado, cayó dormido tan profundamente que no se dio cuenta de que tenía notificaciones. Mientras tanto...Juanito Ji: Hola, ¿como estás? 😊
Juanito Ji: Hoy tuve un día excelente! No puedo esperar a contarte todo el chisme.
Juanito Ji: Leo?
Juanito Ji: Amor, está lista la cena :"v
Juanito Ji: Hello...?
Juanito Ji:Juanito Ji: Al parecer estás ocupado... No importa, te buscaré mañana.
La noche pasó rápidamente, mientras Leo dormía plácidamente, Guang-Hong pensaba en en su amigo de internet en sueños, lo que no sabía, es que en realidad lo conocía y bastante bien.
Al día siguiente, por la tarde, al terminar las prácticas de ese día,Leo decidió ir al café como todas las tardes, pero fue interceptado por Yuri Plisetsky.
-Puede que la vieja bruja no haya venido, pero yo también estoy enterado de todo el chisme. Y ella me dijo que te preguntara. ¿Hablaste con él anoche? ¿Se conocieron mas? ¿Cuándo se casan?
-¿De qué hablas, Yuri?
-No te hagas tonto, salta muros...-lo miró con su típica mirada amenazantemente- el chico con el que hablas por internet.
Carajo! Leo había olvidado hablar con su amigo "desconocido" de internet.
Sin decir ni una palabra, salió corriendo velozmente rumbo a casa, pero se dio cuenta de que era perseguido por Guang-Hong.-Leo! Espera...! No te vayas!
-Lo siento, tengo prisa.- respondió mientras corría.
-Aaaaayyyy!
Leo volteó a ver qué le ocurría a su amigo , vio como este caía de cara contra el suelo. Sin perder tiempo, el moreno le ayudó a levantarse.
-Me duele el tobillo. - miró a Leo con los ojos llenos de lágrimas.
-¿Es sólo eso? ¿No te lastimaste mucho? Ven..- lo cargo entre sus brazos.-Te llevaré a mi casa para curarte.
-No es necesario...
-Debemos tratar eso de inmediato. Fue una simple caída, solo se te dobló el pie, pero para un patinador profesional como tú, este es un asunto delicado.- respondió mirando a los llorosos ojos del otro.
Leo caminó a casa con Guang-Hong, no era la primera vez que un amigo suyo se rompía su madre corriendo y él lo llevaba a su casa para curarlo, pero esta vez él sintió algo diferente, durante el camino pudo tener muy de cerca a su amigo, sentir su olor y su respiración pegando contra su cuello, mientras Guang-Hong lo abrazaba para sostenerse. El recorrido fue largo y muy cansado para los brazos y la espalda de Leo, pero por fin llegaron.
Con cuidado, Leo depositó a su pequeño amigo sobre el sillón y fue por alguna pomada para untársela. Minutos después masajes a cuidadosamente el pie herido de su amigo con crema de arnica.
-Tienes suerte de que no haya sido grave. Mañana seguro estarás mejor.
-Mm.. Mu..muchas gracias...
Hubo un silencio, ambos chicos se miraron sin emitir sonido alguno, hasta que Guang-Hong se animó a hacer la platica.
-Sabes,Leo? Necesito contarle a alguien sobre esto.
-Claro, puedes hablarme de lo que tú quieras, por más estupido que sea.- Dijo con una sonrisa, provocando un sonrojo en su compañero.
-Yo...Yo te ...yo te quiero...
-Oooohhhh! Guang-Hong! Yo también te quiero!- Leo abrazó fuertemente al chico y besó su mejilla.
Guang-Hong se quedó congelado y más rojo que un tomate.
-Leo, no me refería a eso... Yo te quiero decir...-Ah perdón, me emocioné.- se apartó avergonzado.
-Jajajaja, bueno... Yo te quiero decir que... Conocí a un chico por internet en una página de citas pero ayer no me respondió en toda la noche, le envié muchos mensajes y... Nel ... Seguro estaba ocupado.
-Vaya, no sabía que estabas metido en esos rollos de citas por internet. Pues yo también tengo un amigo de internet, si lo conocieras seguro le caerías bien. Ahora que lo pienso, ayer no le respondí a mi amigo.
-Jajajaja, vaya, eres malo con tu amigo.
-Sabes, pienso dar el siguiente paso e invitarlo a salir algún día.
-Me parece bien, se conocerán más y ya sabes...
-Si, intentare responderle más tarde.
-Leo... Puedo quedarme a dormir contigo hoy? No hay nadie en casa y me acabo de dar cuenta de que cuando me caí, se me perdió mi llave.
-Eh?... Claro, si quieres puedes dormir en mi cama, yo dormiré en el suelo.
Antes de dormir, ambos se encontraban muy ocupados respondiendo mensajes en sus teléfonos, sin saber qué hablaban entre ellos.
Leo: Hola, perdón por no responder ayer... Lo que pasa es que me quede dormido.
Juanito: Oh, no. No importa. Lo bueno es que ahora estás aquí. 😻
Leo: Y ese emoji? 😏
Juanito: No es nada... Fue un error de dedos! ^\\\^ e-en serio...
Leo: Ah, ya veo, jejeje...Ninguno de los dos sospechaba nada, tal vez eran muy estúpidos o realmente se estaban enamorando. Sus platicas mediante mensajes, siempre eran muy interesantes, hablaban de cualquier tema, sobre patinaje, sobre arte, sus miedos o su comida favorita, esto contribuyó a que poco a poco ambos se tomaran mucho cariño, llegando al punto de considerarse realmente necesarios.
Esa noche, ambos cayeron profundamente dormidos, con sus respectivos celulares en sus manos, ni siquiera descendieron las cobijas. Sus cuerpos descansaban sobre la cama, la cabeza de Leo reposaba sobre el hombro de Guang-Homg, mientras que el brazo izquierdo de este, rodeaba el cuerpo de Leo en un cálido abrazo inconsciente.
Ellos no sabían que en el futuro dormirían juntos todas las noches.
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Café Latte & Chocolate (LeoJi)
RomanceTodo termina como comenzó, esta extraña historia tuvo su inicio en una pequeña cafetería de la ciudad. Leo se encontraba como todas las tardes, en su mesa favorita. Esperando a aquella persona con la que se encontraría para conversar. El mesero se a...